PARÍS.- Los franceses acuden el domingo por séptima vez a las urnas desde 1979 para elegir a sus 72 representantes en el nuevo Parlamento Europeo, donde sentará a seis eurodiputados menos que en la actual Eurocámara debido al Tratado de Niza firmado en 2001 en virtud del cual Francia cedió estos escaños por la diferencia de población con respecto a Alemania y la entrada en la Unión Europea de doce nuevos miembros.
Como en el resto de países europeos, la campaña electoral se ha hecho en clave nacional y la cita con las urnas se ve amenazada por la sombra de una abstención que no ha dejado de aumentar en Francia. En los comicios de hace cinco años alcanzó una tasa récord del 57,2% y los últimos sondeos avanzan que mañana podría rozar el 60%. De ahí que, pase lo que pase, los triunfadores serán los abstencionistas.
La crisis económica, que junto a la entrada de Turquía en el club comunitario, han sido los principales asuntos de la campaña electoral gala, parece que no ha hecho renacer en los franceses la necesidad de Europa y el éxito cosechado por la presidencia francesa de la Unión, en el segundo semestre de 2008, resulta ya lejano.
En todo caso, el resultado de las urnas tendrá un importancia capital en el tablero político doméstico no sólo para las dos principales formaciones en liza --la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy y el Partido Socialista (PS)-- sino para quienes aspiran a ocupar la tercera plaza: el centrista Movimiento Democrático (MoDem) y Europe Ecologie, del mítico líder del Mayo del 68 Daniel Cohn-Bendit.
De hecho, para Nicolas Sarkozy estas elecciones no son en absoluto anodinas porque, dos años después de su victoria en las presidenciales, pueden suponer un balón de oxígeno a su gestión frente a la crisis, muy contestada en la calle, y compensar en parte la derrota sufrida hace un año en las municipales.
Por eso el jefe del Estado francés ha supervisado de cerca todo los relacionado con la convocatoria de mañana, desde la elección de los candidatos, el eslógan de la campaña --'Cuando Europa quiere, Europa puede' y su participación en un mitin con la canciller alemana Angela Merkel.
Pero quien de verdad se la juega es la primera secretaria del Partido Socialista francés, Martine Aubry, que se enfrenta a su primer reto ante las urnas desde que accedió a la cabeza del partido tras un doloroso Congreso celebrado en noviembre que cerró en falso la profunda división de la familia socialista y la enfrentó encarnizadamente a Ségolène Royal.
Los últimos sondeos publicados en Francia daban a la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Sarkozy un 27% de las intenciones de voto, once puntos más que el porcentaje logrado en los comicios de 2004 mientras que el Partido Socialista (PS) se quedaría en un exiguo 19% cuando hace cinco años tuvo el 28,9%.
De confirmarse estos pronósticos, los socialistas podrían dejar de ser por primera vez en quince años la lista más votada, una situación que amenazaría con agravar aún más la delicada situación interna del partido.
La formación encabezada por Daniel Cohn-Bendit, Europe Ecologie, llegaría al 15,5%, tres puntos por delante del centrista Movimiento Democrático (MoDem) de François Bayrou, que lograría el 12,5% de los sufragios mostrando también un claro ascenso de 1,5 puntos.
El cuarto partido el liza es el Frente de Izquierda que agrupa a comunistas y partidos de izquierda encabezados por el ex socialista y férreo opositor a la malograda Constitución Europea Jean-Luc Mélenchon, con un 6,5%, por delante del ultraderechista Frente Nacional, que alcanzaría un 5%.
El gran perdedor, de materializarse las encuestas, sería el Nuevo Partido Capitalista (NPA) del carismático cartero Olivier Besancenot, que pierde fuelle y logra tan sólo un 4,5%, un punto y medio más que la formación soberanista de 'Libertas', liderada por Philippe de Villiers y Frédéric Nihous.
160 LISTAS Y UN MINIMO DEL 5%
Los diputados franceses en la Cámara de Estrasburgo son elegidos mediante un sistema proporcional de una vuelta y los escaños se reparten entre las listas que han logrado al menos el 5% de los sufragios. Este sistema electoral es el que permite que formaciones extremistas, tanto de izquierda como el derechista Frente Nacional, tengan representación en el Parlamento Europeo sin tenerla en la Asamblea nacional o el Senado francés.
Desde 2003, para las elecciones europeas Francia está dividida en ocho circunscripciones: Isla de Francia, Sureste, Noroeste, Suroeste, Este, Oeste, Centro y los territorios de Ultramar, donde las elecciones se celebran hoy. Salvo en la región parisina, el resto está formada por varias regiones. Un total de 160 listas se disputan los votos del domingo.
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