La Habana.- El Gobierno de Cuba presenta como una gran victoria la decisión de la OEA de abrir la puerta a su regreso, y afirma que fue adoptada "sin condiciones", aunque Estados Unidos, otros países y la disidencia interna hacen distinta lectura de la resolución aprobada.
"Fidel (Castro) y el pueblo cubano han sido absueltos por la historia", titula hoy en portada el diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, y anota que el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo que la OEA (Organización de Estados Americanos) hizo una "sabia rectificación".
Un comunicado divulgado por la televisión estatal aseguró que "la OEA derogó ayer -en el marco de su XXXIX asamblea general, realizada en San Pedro Sula, Honduras- sin condiciones la resolución por la que se expulsó a Cuba de esa organización", y reiteró que "Cuba no ha pedido ni quiere regresar a la OEA".
Sin embargo, tanto la disidencia interna cubana como dirigentes de EE.UU. y otros países no están de acuerdo en que fue una cesión de la OEA "sin condiciones".
"Cuba puede regresar a la OEA en el futuro si la OEA decide que su participación cumple con los propósitos y principios de la organización, incluyendo la democracia y los derechos humanos", dijo la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, según un comunicado divulgado en Washington.
EE.UU. y otros países insistieron en que la "respuesta correcta" era eliminar la suspensión de Cuba aprobada en 1962, pero condicionar su regreso a que cumpla con los instrumentos de la organización, como la Carta Democrática, recordó Clinton.
"Me complace que todos coincidieron en que Cuba no puede simplemente tomar su asiento y que debemos someter la participación de Cuba a una determinación más adelante, si es que algún día busca reingresar", afirmó la secretaria de Estado.
Igual opina el economista disidente cubano Óscar Espinosa Chepe, para quien "lo más importante es el llamamiento al Gobierno cubano a presentar su solicitud de ingreso sobre la base de los documentos que están vigentes, la Carta Democrática Interamericana y demás reglamentos de derechos humanos".
Agregó que al Gobierno que preside el general Raúl Castro "no le interesa" regresar a la OEA porque "no quiere cumplir con esa serie de reglamentos, pero va a quedar evidente de que no es el mundo quien le cierra las puertas, sino Cuba que no quiere integrarse a la comunidad de naciones".
La OEA le quita "pretextos" al Gobierno y esa es "la parte positiva de todo esto", dijo a Efe Espinosa, uno de los 75 opositores apresados en 2003, actualmente excarcelado por motivos de salud.
Una lectura intermedia, matizada, hizo el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza: "No es que se le estén poniendo condiciones a Cuba, pero se le dice: 'Mire, ahí tiene las mismas obligaciones y los mismos deberes que cumplir que cualquier otro país'".
La resolución aprobada en San Pedro Sula tras agónicas negociaciones dice textualmente: "La participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado por el Gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA".
Para Miriam Leiva, cofundadora de las Damas de Blanco, familiares de los 75 apresados en 2003, la decisión de la OEA evidencia que el Gobierno cubano "tiene ya que adecuarse a los nuevos tiempos, que son de futuro".
"Se van a demostrar las verdaderas intenciones del Gobierno cubano. Hasta hoy siempre ha echado las culpas a que fue expulsado de la OEA y al embargo norteamericano, pero ahora tiene que demostrar si realmente está dispuesto a adoptar parámetros del mundo de los derechos humanos", añadió.
En las calles de La Habana, entre tanto, poco o nada interesa el asunto a la mayoría de los cubanos.
"Me da igual lo que suceda con la OEA. Todo este asunto me parece absurdo en el fondo, porque el Gobierno cubano ha dicho mil veces que no quiere regresar. Entonces, ¿para qué el debate?", dijo a Efe Gerardo, un enfermero de 43 años.
Para Tony, conductor de taxi, no tiene sentido que Cuba no quiera regresar a la OEA, ya que la mayoría de los países que la integran "tienen gobiernos de izquierda o, como el de México y Colombia (de derecha), tienen excelentes relaciones" con la isla.
"Las baboserías de los diplomáticos no van a arreglar la crisis alimentaria en Cuba", añadió.
Carmen Rosa, de 36 años, dijo que la decisión del organismo le "parece bien, pero por gusto. La postura aquí está más que clara: no interesa. Lo de la OEA es político, enmendar un error histórico, pero no más", precisó.
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