Nueva York.- Los hijos del financiero Bernard Madoff no han vuelto a hablar con su padre desde que éste les confesó el pasado diciembre que había montado y mantenido durante dos décadas una fraudulenta pirámide financiera de unos 65.000 millones de dólares, según Vanity Fair.
La revista publica hoy en su página por Internet un artículo en el que detalla que su hijo Mark, de 45 años, se echó a llorar al enterarse, mientras que su hermano Andrew, de 43, se enfadó mucho con su padre, quien espera en prisión una sentencia que le podría mantener de por vida entre rejas.
Según los detalles que trascendieron de la confesión, el pasado 10 de diciembre el financiero reunió a sus dos hijos en su dúplex de siete millones de dólares del lujoso barrio East Side de Manhattan y les reconoció que su negocio de asesoría de inversión era en realidad un gigantesco esquema Ponzi.
El financiero, de 71 años, pagaba las increíbles rentabilidades que prometía a sus clientes con los fondos que aportaban los nuevos inversores que se iban uniendo a la estructura, pese a que hacía creer a todos que el dinero procedía de sus inversiones financieras.
Al día siguiente de la confesión, los hijos alertaron a las autoridades y el FBI detuvo al financiero neoyorquino.
Al parecer, Madoff dijo a las autoridades que el monto de su estafa rondaba los 50.000 millones de dólares, pero luego se conocieron documentos que elevaban esa cantidad a 65.000 millones.
Según el artículo de Vanity Fair, incluido en el número de julio y en el que se entrevista a amigos y conocidos de los hijos, Andrew Madoff se echó a llorar tendido en el suelo de la cocina del apartamento al conocer la noticia.
Su hermano Mark, en cambio, reaccionó con un gran enfado hacia su padre y, según la revista, ninguno de ellos ha vuelto a hablar ni con su padre, ni con su madre, Ruth Madoff.
Aunque no creen que ella colaborara en la estafa, los hijos consideran que el apoyo incondicional de Ruth Madoff hacia su marido facilitó que la estafa se mantuviera en secreto por tanto tiempo.
Desde que se conoció la trama, el nombre de Madoff es sinónimo de estafador, lo que ha condicionado enormemente la vida de los hijos y sus familiares.
La revista asegura, por ejemplo, que Andrew Madoff hace las reservas de restaurantes bajo el nombre de su prometida e, incluso, en una ocasión llegó a las manos con un ex compañero de trabajo que le acusaba de haberse enriquecido con el fraude.
Ambos hermanos, que trabajaban con su padre, ganaban unos cinco millones de dólares al año y podrían perder toda su fortuna en el proceso de indemnización a las víctimas.
La publicación revela que ambos reciben llamadas en las que se les insulta, al tiempo que la esposa de Andrew -de la que está separado- hasta usa su nombre de soltera para encargar compras.
Con el tiempo, Mark Madoff, el mayor, se ha obsesionado con la trama y se ha convertido en un tenaz investigador, para escribir puntualmente en su blog todo lo que va sabiendo.
En cambio, el más joven de los hermanos ha optado por distanciarse emocionalmente de lo que considera "una traición de padre a hijo de proporciones bíblicas", dice la revista.
Según una amiga suya, Andrew habla del escándalo "fríamente y sin un ápice de sentimiento", pese a que aún está conmocionado por la trama montada por su padre, que el próximo 29 de junio conocerá su sentencia.
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