Nueva York.- El abogado Irving Picard, encargado de rastrear y administrar los bienes del financiero estadounidense Bernard Madoff para compensar a las víctimas de su estafa, demandó hoy al hermano, los dos hijos y una sobrina del estafador, a quienes reclama cerca de 200 millones de dólares.
En documentos entregados hoy al Tribunal de Bancarrota de Nueva York, Picard asegura que los familiares de Madoff, que trabajaban en su firma, se beneficiaron con el dinero de las víctimas de la estafa del financiero, ya que obtuvieron "grandes sumas" para sustentar sus propios negocios y realizar todo tipo de pagos.
"Los miembros de la familia Madoff abandonaron sus obligaciones y responsabilidades. Como resultado, o bien no detectaron el fraude o bien no lo pararon, con lo que permitieron y facilitaron la existencia del esquema Ponzi", asegura el administrador en su demanda.
Picard, que fue designado por la Corporación para la Protección de los Inversores Bursátiles (SIPC, por su sigla en inglés) como administrador de los activos de Madoff, añade que, "si los familiares hubieran desarrollado su trabajo con honestidad, la fraudulenta estructura piramidal de Madoff no hubiera tenido éxito o no hubiera existido durante tanto tiempo".
La demanda del abogado afecta a Andrew y Mark Madoff, hijos del conocido estafador, a su hermano Peter Madoff y a su sobrina Shana Madoff Swanson, a quienes acusa de beneficiarse durante años de la estafa del patriarca de la familia para, así, poder llevar una vida de lujo a costa del dinero que el ex presidente del Nasdaq obtuvo de sus víctimas.
Picard aseguró que, entre otras cosas, los miembros de la familia Madoff pagaron desde tarjetas de crédito personales, casas de vacaciones, automóviles o yates, hasta facturas de restaurantes, de forma que, según sus cálculos, estas cuatro personas deberían restituir un total de 198.743.299 dólares a las víctimas de la estafa.
Esta demanda se suma a la que el administrador interpuso en julio contra la esposa del financiero, Ruth Madoff, a quien también acusó de haber llevado "una vida de esplendor" durante años a costa del dinero que su marido estafaba.
Madoff fue declarado culpable el pasado junio de la gigantesca estafa que perpetró y cumple una condena de 150 años en la prisión de Butner, en el estado de Carolina del Norte (EE.UU), adonde fue trasladado en julio tras anunciar que no recurriría la condena impuesta por el juez federal de Nueva York Denny Chin.
Los delitos cometidos por Madoff salieron a la luz el pasado 10 de diciembre cuando el financiero confesó a sus hijos que su negocio consistía en realidad en una fraudulenta estructura piramidal (esquema Ponzi), por la que iba pagando los intereses que prometía con el dinero que le llegaba de nuevos clientes, sin necesidad de invertir en nada.
Les dijo que, incapaz de mantener esa estructura por más tiempo, estaba en bancarrota y había perdido 50.000 millones de dólares, una cantidad que, supuestamente equivale al dinero invertido por sus clientes más los intereses conseguidos que resultaron ser ficticios.
Madoff estafó a miles de clientes, desde conocidas personalidades públicas hasta organizaciones benéficas, pasando con especial incidencia por la sociedad judía estadounidense y entidades de reputación internacional.
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