Brasilia.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo francés, Nicolás Sarkozy, compartieron hoy su "preocupación" y "dolor" por la desaparición de un avión de la línea Air France que partió desde Río de Janeiro, según fuentes oficiales.
Portavoces del Gobierno brasileño dijeron a Efe que Lula llamó por teléfono a Sarkozy desde El Salvador, donde asistía hoy a los actos de investidura del nuevo presidente de ese país, Mauricio Funes, tras ser informado de la desaparición del Airbus A330-200, que había salido de Río de Janeiro con 228 personas a bordo.
Los presidentes "intercambiaron condolencias" y coincidieron en su "preocupación" y "dolor" por el suceso, informaron las fuentes consultadas por Efe.
Lula también pidió al vicepresidente brasileño, José Alencar, que se traslade al aeropuerto de Río de Janeiro para dar asistencia a los familiares de los pasajeros, que desde primeras horas de hoy se agolparon en el terminal en búsqueda de noticias.
El vuelo AF 447 de la aerolínea francesa partió de Río de Janeiro poco después de las 19.00 hora local (22.00 GMT) de este domingo y tenía como destino el aeropuerto parisino de Roissy Charles de Gaulle.
Las autoridades brasileñas explicaron que tuvieron un último contacto con el avión unas tres horas y media después de su partida, cuando se disponía a ingresar en el espacio aéreo de Senegal.
El avión perdió luego el contacto con los controladores aéreos de Brasil y ni los de Senegal ni los de España y luego los de Francia, países desde los que se debería haber seguido la ruta del aparato, pudieron restablecer las comunicaciones.
Según Air France, en el Airbus A330-200 viajaban 61 personas de nacionalidad francesa, además de 58 brasileños, 26 alemanes, 9 chinos, 9 italianos, 5 británicos, 6 suizos, 5 libaneses, 4 húngaros, 3 eslovacos, 3 noruegos, 3 irlandeses, 2 estadounidenses, 2 españoles, 2 marroquíes y 2 polacos.
Había, además, un ciudadano de cada uno de los siguientes países: Sudáfrica, Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Croacia, Dinamarca, Islandia, Estonia, Gambia, Holanda, Filipinas, Rumanía, Rusia, Suecia y Turquía.
Sarkozy declaró hoy que las esperanzas de hallar supervivientes son "muy débiles" y que se desconoce qué ocurrió con ese avión, que desapareció sobre el océano Atlántico.
Brasil, Francia, España y otros países se han sumado con barcos y aviones a las tareas de búsqueda del aparato, que según admitió el presidente francés serán "extremadamente difíciles", pues se trata de rastrear un área de "cientos de kilómetros".
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