Jabárovsk (Rusia).- Rusia y la Unión Europea (UE) evidenciaron hoy sus diferencias en asuntos como el marco regulador de sus relaciones energéticas y de seguridad, así como la influencia sobre las antiguas repúblicas soviéticas, durante una Cumbre bilateral que ha servido sobre todo para ganar "confianza".
A pesar de no haber alcanzado ningún acuerdo concreto, ambas partes subrayaron el carácter "estratégico" de sus relaciones y la importancia de cumbres como la que ha concluido hoy en la remota ciudad oriental de Jabárovsk, a 25 kilómetros de la frontera china.
"Hemos conseguido aumentar el entendimiento y la confianza mutua", aseguró el presidente checo y de turno de la UE, Vaclav Klaus.
Pero ni los rusos consiguieron su objetivo de convencer a los europeos de la conveniencia de redactar nuevos acuerdos en energía y seguridad, ni los representantes de la UE despejaron los recelos de Moscú por su acercamiento a los países del Este.
En materia energética, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, afirmó que su país "no participa ni participará en la Carta de la Energía en su actual redacción" y subrayó que Rusia se pronuncia a favor de la creación de una nueva base jurídica.
Recalcó que ello no significa que todo lo que se ha hecho en materia de seguridad energética "se puede tirar a la papelera".
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, aseguró que algunas de las iniciativas rusas merecen la atención de Bruselas, pero reiteró que los europeos no quieren empezar de cero con el marco legal energético.
Llamó a Rusia y Ucrania a hacer todo cuanto esté en su mano para prevenir disputas sobre el gas en el futuro, como la que provocó la interrupción del suministro en enero pasado.
A la pregunta de si Moscú puede garantizar la fiabilidad de los suministros, Medvédev replicó: "Rusia no ha dado ni dará garantías. ¿Por qué habría de hacerlo".
"Que dé garantías el que tiene que pagar por el gas", dijo el jefe del Estado ruso al referirse a Ucrania, por donde pasa el 80 por ciento de las exportaciones de gas ruso a Europa.
Pero Barroso replicó que "una cosa es segura, la UE no provocó los cortes, y los países europeos fueron víctimas de ellos".
El jefe del Ejecutivo comunitario reiteró el argumento de la interdependencia "inevitable" en materia energética, y recalcó la necesidad de poner en marcha cuanto antes el llamado mecanismo de "alerta temprana".
Medvédev admitió que en la reunión de Jabárovsk se llegó a la conclusión "de que, lamentablemente, nadie ha solucionado ni ha logrado comprender hasta el final la esencia de esta crisis".
La UE fracasó en su intento de convencer a Rusia de que la Asociación Oriental firmada con seis países del Este no es una amenaza para ella.
"Lo que nos preocupa, lo digo francamente, es que esta asociación es percibida por algunos Estados, no de la UE, como una asociación contra Rusia", dijo Medvédev al respecto.
La UE firmó el pasado marzo en Praga un pacto para reforzar su cooperación con seis repúblicas de la antigua Unión Soviética: Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán.
Klaus insistió en que es una iniciativa "para hacer algo positivo, no contra nadie, ni desde luego contra Rusia".
El jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, invitó a Moscú a participar en alguno de los proyectos de esta iniciativa, mientras que Barroso recalcó que es una asociación a favor de la "estabilidad y la prosperidad" de países que por el momento no tienen un futuro dentro de la UE.
En cuanto al nuevo marco para la seguridad que propone Rusia para evitar la hegemonía de la OTAN y el progresivo acercamiento de la Alianza a sus fronteras, el presidente ruso utilizó como argumento el papel de la UE durante la guerra de Georgia.
"La UE demostró durante la crisis de Georgia que tiene capacidad de reacción. Pero para prever y evitar estas crisis en el futuro, debemos establecer un marco de seguridad, que creo debe ser europeo", insistió Medvédev.
Solana insistió en que la UE quiere circunscribir este debate a la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE), que se reunirá a finales de junio en Corfú (Grecia).
En lo que todos se mostraron de acuerdo fue en expresar su satisfacción porque la Cumbre se haya celebrado en Jabárovsk, a más de 6.000 kilómetros de Moscú.
Medvédev puntualizó que ampliar la geografía en los encuentros al más alto nivel resulta productivo, y recordó con ironía a sus socios que "Rusia es grande y todavía cuenta con rincones más alejados".
Elena Garuz y Marina Estévez
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