Asunción.- El presidente de Paraguay, el ex obispo Fernando Lugo, consideró hoy que el pago de indemnizaciones a los perseguidos y familiares de desaparecidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) redimen al Estado paraguayo.
Lugo se expresó en esos términos durante un acto de entrega simbólica de indemnizaciones a víctimas de la pasada dictadura llevado a cabo en el Palacio de López, sede gubernativa.
"Esta reparación no beneficia tanto a las víctimas, beneficia más al Estado paraguayo porque a través de las indemnizaciones se está dignificando nuestro Estado", indicó el mandatario.
Señaló además que con esa acción "se está expresando un arrepentimiento, un propósito de enmienda y una restitución. Se está realizando una promesa solemne. El Estado nunca más será usado en contra del pueblo. El Estado paraguayo nunca más cometerá crímenes".
"Estamos inaugurando otra historia en donde el fascismo del pasado está siendo combatido. Cuando antes, acá mismo, en este edificio (del Palacio), como en toda la República se combatía la libertad, la justicia y la solidaridad", aseveró.
Lugo volvió a pedir perdón en nombre del poder Ejecutivo por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante los años de dictadura, como lo había hecho doce días después de asumir al poder, el 15 agosto de 2008, y exigió que "los demás poderes del Estado" también lo hagan.
El Estado paraguayo lleva a cabo desde hace varios años el pago de indemnizaciones a las víctimas y familiares del régimen "stronista" a través del Ministerio de Hacienda tras un trámite previo en la Defensoría del Pueblo.
La Comisión de Verdad y Justicia, que se encargó de investigar las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura, indicó en su conclusión divulgada el 28 de agosto de 2008 que al menos 59 personas fueron ejecutadas y otras 336 desaparecieron durante la dictadura.
Además, la Comisión situó en 128.076 el número de perseguidos a partir de 2.069 testimonios de supervivientes y familiares de desaparecidos.
Stroessner, tras ser derrocado durante el golpe militar del 2 y 3 de febrero de 1989, se asiló en Brasil, donde residió hasta su muerte, en agosto de 2006, a los 94 años.
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