Bagdad.- Las dos principales ciudades del norte de Irak, Mosul y Kirkuk, se han convertido en la mecha de un posible conflicto étnico que amenaza la integridad territorial de este país multiétnico.
Mosul, capital de la provincia de Nínive, situada a unos 400 kilómetros de Bagdad, atraviesa una situación explosiva por el conflicto que enfrenta a kurdos y árabes, especialmente tras las elecciones provinciales de enero pasado.
Esos comicios instalaron un consejo provincial dominado por los árabes, lo que llevó a los kurdos a boicotear sus decisiones y demandar mayores niveles de poder y de representación política.
Centenares de personas, incluidos líderes tribales, dirigentes municipales e intelectuales, se manifestaron ayer en la provincia para apoyar al gobierno regional provisional y expresar su descontento con el deterioro de los servicios en la provincia.
Mosul, escenario continuo de la guerra que libran este país las tropas iraquíes y las fuerzas estadounidenses, es la tercera ciudad en importancia de Irak, después de Bagdad y Basora, en el centro y sur del país, respectivamente.
En la manifestación también hubo protestas por el despliegue en la zona de los "peshmerga", milicianos que se encarga ahora de la seguridad en las tres provincias kurdas del norte iraquí, bajo el mandato de un Gobierno autónomo, pero que entre su jurisdicción no se encuentra Nínive.
Fuentes oficiales del Gobierno de Nínive que prefirieron mantenerse en el anonimato expresaron a Efe su preocupación porque en la protesta de ayer se pidiera la retirada de las tropas irregulares de la provincia, en referencia a los "peshmerga", lo que puede alentar las diferencias entre las distintas etnias.
Mosul, de casi 2 millones de habitantes, atraviesa una situación delicada porque su provincia se ha convertido los principales bastiones de Al Qaeda en Irak y uno de los escenarios elegidos para sus atentados.
Tan delicada es que el pasado 14 de abril el Pentágono anunció que después del próximo 30 de junio, la fecha fijada para la retirada de las tropas estadounidenses de los centros urbanos de Irak, los soldados podrían permanecer en Mosul si persiste esta situación.
Tampoco la situación es muy segura en la ciudad petrolera de Kirkuk, capital de la provincia norteña del mismo nombre y en la que conviven árabes, kurdos y turcomanos.
La violencia en esa ciudad ha registrado un incremento en los últimos días, lo que ha roto la relativa calma en la que vivía en los últimos meses.
Diez personas murieron y otras veinte resultaron heridas en dos atentados con coche-bomba perpetrados el lunes y el martes, lo que ha desatado temores de que Kirkuk se encamine hacia una nueva etapa de conflictos étnicos.
Sin embargo, el nuevo gobernador de Kirkuk, el árabe Abdelrahman Mustafa, rechaza que su capital provincial, de medio millón de habitantes, pueda ser escenario de un incremento de la violencia.
A Kirkuk, centro de la rica zona petrolera del norte de Irak, se la disputan los kurdos, los árabes y los turcomanos. Tiene un estatus especial y la posibilidad de que, mediante un referéndum, sus pobladores puedan definir su futuro.
Pero ese referéndum nunca ha tenido lugar debido a las fuertes diferencias étnicas. Los kurdos quieren que Kirkuk se convierta en la capital de su región, a pesar de que administrativamente la provincia no depende de su gobierno autónomo.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.