Jerusalén.- El papa Benedicto XVI subrayó hoy ante el presidente israelí, Simón Peres, que "la seguridad duradera es una cuestión de confianza, que se nutre de justicia e integridad".
Esa seguridad "se sella a través de la conversión de los corazones, que nos mueve a mirar al otro a los ojos y reconocerle como mi igual", precisó el Pontífice en la residencia de Peres, en el primer día en Israel de la visita a Tierra Santa que inició el pasado viernes en Jordania.
Si se actúa así, una sociedad pasa de estar "marcada" por "obstáculos" a hacerlo por la "cohesión y el vigor", dijo el Papa, que destacó que "ningún individuo, familia, comunidad o nación está exento de la obligación de vivir en justicia y buscar la paz".
"Seguridad, integridad, justicia y paz" son "inseparables", añadió.
Benedicto XVI se dirigió a las "familias comunes" de Jerusalén e Israel para preguntarles "qué fin político humano puede obtenerse a través del conflicto y la violencia".
Por su parte, Peres definió al Papa como un "promotor de paz" y "gran líder espiritual" y destacó los "lazos de reconciliación que se están tejiendo entre la Santa Sede y el pueblo judío".
El presidente israelí recibió a Benedicto XVI en su residencia poco después de las 16.00, hora local (13.00 GMT), agasajándole con trigo y frutas, como marca la tradición judía de hospitalidad.
En el acto de bienvenida, tres niñas pidieron la "paz entre vecinos y religiones" en lengua inglesa, hebrea y árabe.
Después, Peres regaló al Papa una Biblia grabada en un grano de arroz gracias a la nanotecnología, y un cuadro con un candelabro religioso judío.
Tras la entrevista, el Papa plantó un olivo en el jardín de la residencia del presidente israelí.
La próxima escala del Papa, esta tarde en el Museo del Holocausto de Jerusalén, es una de las más importantes de su peregrinación a Jordania, Israel y Cisjordania, que concluye el próximo viernes.
Benedicto XVI honrará allí a los seis millones de judíos asesinados por el nazismo, aunque no entrará en la sección histórica, donde se exhibe una foto con un texto en el que se acusa al papa Pío XII de no haber ayudado a los judíos durante la matanza.
Esta mañana, en su primer discurso en Israel, pronunciado en el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, el Pontífice condenó sin paliativos el Holocausto y pidió combatir el antisemitismo "donde esté, ya que por desgracia continúa levantando su repugnante cabeza en muchas partes de mundo".
También aprovechó la ocasión para subrayar la necesidad de que los palestinos accedan a un estado independiente.
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