Moscú.- El ex campeón mundial de ajedrez y actual dirigente opositor ruso, Garry Kaspárov, dijo hoy a Efe que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, ha demostrado en su primer año en el poder que no es un reformista como se cree en Occidente.
"Todos esos comentarios sobre liberalización y reforma son sólo palabras. Medvédev desea mantener el actual sistema autoritario y no dará ningún paso para arrebatar el poder a (el primer ministro, Vladímir) Putin", señaló Kaspárov, fundador del movimiento opositor "Solidarnost" (Solidaridad).
Con ocasión del primer aniversario del sucesor de Putin como presidente, Kaspárov señaló que "técnicamente hablando, Medvédev lleva un año en el Kremlin, pero es evidente que no tiene poder real, ya que el que lo tiene es Putin, que sigue siendo la figura clave en la política rusa".
"La capacidad del aparato presidencial de Medvédev sólo puede ser apreciada con un microscopio", apuntó.
Precisamente, añadió, "Putin eligió a Medvédev porque era el aliado menos peligroso" y la noción "tandemocracia" fue introducida para permitir que el primero "pudiera mantenerse en el poder" tras expirar los dos mandatos presidenciales consecutivos que permitía la Constitución.
Según Kaspárov, "el empeoramiento de la situación económica en el país y el aumento del número de parados, crea una nueva situación en la que alguien debe responder por la mala gestión".
"El hecho de que Medvédev no esté en el centro de la toma de decisiones le beneficia. Putin, que respondió y sigue respondiendo por todo, se convierte así en un potencial chivo expiatorio", comentó.
Por esta razón, insistió en que "se puede decir que este año ha sido favorable para la gente de Medvédev, ya que ahora, cuando todo va mal, el culpable será el propio Putin, que perderá así autoridad".
Kaspárov considera que el llamado "modelo Putin" consiste en un sistema político autoritario y otro económico monopolista y corrupto "integrado por una pandilla de ladrones".
"El principio del régimen es una simbiosis entre Adam Smith y Karl Marx: privatización de beneficios y nacionalización de pérdidas", comentó.
En su opinión, "en lo único en que confía Putin es en el alza de los precios del petróleo. Todo el programa anticrisis se reduce a sentarse y rezar: danos precios altos del crudo".
"El sistema no resistirá un nuevo golpe de la crisis. Si no aumentan los precios del petróleo, el sistema está condenado. El Gobierno no está en condiciones de solventar los problemas que afronta el país".
Kaspárov reconoció que "la posibilidad de criticar al Gobierno ruso no es mayor de la que existía en la España de Franco hace 40 años" y que "la práctica totalidad de la prensa y televisión está en manos del Estado".
"El ruso conserva ese miedo genético a dar pasos contra el orden establecido y prefiere no expresar abiertamente sus opiniones sobre las autoridades", señala.
Con todo, apunta que la actitud de los rusos hacia los actuales dirigentes puede cambiar en la segunda mitad del año, para cuando el presupuesto será ya abiertamente deficitario y el desempleo marcará máximos históricos.
"Cuando la gente esté seis u ocho meses sin trabajo, se comportará de otra forma. Sólo en marzo se registraron otros 700.000 desempleados", indicó.
El dirigente opositor señaló que "ya se empiezan a ver las disensiones entre los clanes cercanos al poder, ya que la situación es crítica, se está acabando el dinero y estamos hablando de supervivencia. En pocos meses seremos testigos de ajustes mafiosos y corporativos".
"Se necesita tiempo para que la gente tome conciencia de que los cambios son necesarios, pero si queda sumida en la miseria, la historia de Rusia nos enseña que todo puede ocurrir con inusitada rapidez", indicó.
Kaspárov consideró que los partidos opositores -comunistas y ultranacionalistas- representados en el Parlamento son "parte del sistema" y el Kremlin permite su supervivencia porque "han renunciado a luchar por el poder".
"La auténtica oposición es la que está al margen del sistema y que piensa que hay que reinstaurar las instituciones democráticas. La 'vertical de poder' de Putin, con un control absoluto por Moscú de un país que va desde el Báltico hasta el mar de Japón, es un sinsentido", resaltó.
Consideró que "Solidarnost" es la plataforma política que servirá "para aunar, como ocurrió en la España de 1975 o el Chile de hace 20 años, a los partidos que darán forma al sistema que se implantará en Rusia" tras la salida de Putin.
"Lo más peligroso es un nuevo estallido de la violencia en Rusia. Mi principal misión en política es garantizar que la transición a una nueva etapa de desarrollo tenga lugar sin violencia, cuyo límite en Rusia ya se agotó hace mucho tiempo", dijo.
Kaspárov, de 46 años, instó a Occidente a que renuncie al "doble rasero" y deje de "apoyar al régimen de Putin", aunque se manifestó en contra de un boicot como en tiempos de la URSS.
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