Redacción Deportes.- El Barcelona vio cerrado su acceso a la final de la Euroliga ante el vigente campeón de Europa, el CSKA de Moscú, magistralmente sostenido por el lituano Ramunas Siskauskas, verdugo del equipo azulgrana y máximo anotador del partido con 29 puntos.
El Barcelona gobernó el marcador durante más de media hora, pero se vino abajo en el momento decisivo del partido. No encontró argumentos para frenar el extraordinario rendimiento de Siskauskas, al timón de un CSKA rebajado, pero con una impresionante capacidad competitiva. El equipo ruso jugará su cuarta final consecutiva a costa del Barça, nuevamente eliminado en su décima aparición en una final a cuatro.
Aunque compitió con solvencia, el Barça acabó condenado por su falta de experiencia y el acierto de Siskauskas en el último cuarto. Hasta entonces, el equipo de Xavi Pascual había mandado en el marcador. Cuando su sistema defensivo comenzó a flaquear, el CSKA comenzó a ganar el partido psicológico.
Pocas veces un inicio tan solvente acaba con un castigo tan cruel. El Barcelona arrancó acelerado, consciente de que un ritmo alto de partido le favorece frente a la batuta de los rusos, siempre pausada. El CSKA prefiere anular al rival y después, jugar. Pero el Barça le alteró el guión a base de triples. Cuatro lanzamientos exteriores impulsaron al equipo de Xavi Pascual (14-4, min. 4) y descolocaron al CSKA.
Sólo al final del primer cuarto reaccionó el CSKA. Lo hizo con la fe propia de los campeones y apoyado en la dirección de juego de Holden para recortar diferencias. Entre el último minuto del primer periodo y el arranque del segundo firmó un parcial de 4-12 para colocarse a tres puntos (21-18, min. 12).
Sin estridencias, el CSKA se fue acercando. Anotó su primer triple en el minuto 16, gracias a Smodis. Otro triple de Holden permitió al equipo de Ettore Messina empatar poco antes del descanso (30-30).
Para entonces, Navarro ya se había cargado con tres faltas. Grimau cobró su cuarta personal en el inicio del tercer cuarto. La carga de faltas pareció lastrar al Barcelona, obligado a administrar un marcador muy ajustado (47-46, min. 27).
El CSKA volvió a igualar el marcador (52-52. min. 28) gracias a un triple de Siskauskas, el gran salvavidas del CSKA en los momentos decisivos del partido. Aún en el cierre del tercer cuarto mandaba e Barcelona (56-54), pero la tendencia del partido comenzaba a cambiar.
Con todo por decidir, Siskauskas emergió para rescatar al CSKA al mismo tiempo en el que al Barça se le apagó la luz. El equipo azulgrana enterró sus porcentajes de acierto exterior y no encontró a sus jugadores de referencia. Navarro apareció cuando el partido ya agonizaba. De Ilyasova y Fran Vázquez apenas hubo noticias. Lakovic, efervescente en el arranque, se diluyó después del descanso. Tampoco supo el Barcelona cerrar el rebote. El panorama del partido comenzó a ensombrecerse.
El CSKA se puso por delante en el minuto 34 (61-62) con un triple de Siskauskas. No volvería a verse por debajo. El lituano anotó tres triples consecutivos en un parcial asombroso, 0-11.
Basile y Navarro, con sendos triples, apuraron las opciones del Barça (69-72, min. 38). Demasiado tarde para el equipo azulgrana. El CSKA se maneja bien en las distancias cortas y compite en los partidos decisivos con la fe de los campeones. Apenas sufrió para meterse en la final.
El Barcelona acabó resignado a su suerte, sometido por la inspiración de Siskauskas y obligado a pensar en una próxima ocasión. La culpa la tuvo el CSKA de Ettore Messina, que vuelve a la final de la Euroliga, como es costumbre.
Ficha técnica:
78 - Regal Barcelona (21+15+20+22): Lakovic (13), Navarro (13), Basile (5), Andersen (24), Santiago (9) -cinco inicial-, Vázquez (6), Grimau (4), Sada (-), Barton (2), Ilyasova (2)
82 - CSKA Moscú (12+20+22+28): Langdon (15), Holden (8), Smodis (9), Khryapa (9), Lorbek (8) -cinco inicial-, Siskauskas (29), Morris (), Kaun (4), Zisis (-) y Planinic (-).
Árbitros: Voreadis (GRE), Bachar (ISR) y Belosevic (SRB). Eliminaron por cinco faltas personales a Fran Vázquez (min.
Incidencias: primera semifinal de la Euroliga, disputada en el pabellón O2 World de Berlín ante 12.000 espectadores.
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