El "G8 sindical" celebra con éxito el primer 1 de mayo unitario en París

París.-  Los ocho grandes sindicatos franceses se han unido, por primera vez en la historia, en el llamado "G8 sindical" para celebrar el Día del Trabajo con una multitudinaria protesta en París contra la política del Gobierno y los empresarios que se aprovechan de la crisis.

Cogidos del brazo, los líderes de las grandes centrales sindicales se situaron a la cabeza de la marcha de la capital francesa, mucho más numerosa que las de años anteriores en esta misma fecha pero menos que las de las dos jornadas de huelga celebradas en marzo y enero pasados.

El recuento de los sindicatos lo confirma ya que, según ellos, la manifestación de París cuenta con unos 160.000 participantes, frente a los 30.000 correspondientes al Primero de Mayo del año pasado, y los 350.000 de la huelga del pasado 19 de marzo.

La policía cifra, sin embargo, en 65.000 los asistentes a la protesta de hoy en la capital francesa, frente a los 15.000 que calculó el 1 de mayo de 2008 y los 85.000 del 19 de marzo.

La razón de que las protestas de las dos huelgas recientes (19 de marzo y 29 de enero) fueran mucho más numerosas está en que se celebraron en días laborales y no en un puente festivo como el que comienza este viernes.

Ese es el argumento de los sindicatos que subrayan, al mismo tiempo, que la respuesta a las cerca de 300 manifestaciones convocadas en todo el país para este Primero de Mayo está siendo excepcional e histórica.

Entre los participantes en la manifestación de París, que comenzó hacia las 12.30 GMT y está previsto que se disuelva a primera hora de la noche en la Plaza de la Bastilla, se incluyen dirigentes políticos de una quincena de partidos de izquierda.

Pero también hay familias enteras, y muchos empleados del sector privado que han perdido o temen perder sus puestos de trabajo en las numerosas empresas que han anunciado recortes o ajustes de plantilla.

Los eslóganes de las pancartas son los de siempre, "más empleo justo" o "la crisis son ellos, la solución nosotros".

Lo que cambia en esta ocasión es que han salido a la calle representantes de sectores que hasta ahora no se habían visto afectados por la crisis, que el descontento general con el Gobierno y su manera de afrontar la situación es mayor, y que ese descontento se extiende a las empresas y a sus dirigentes.

Tal y como explicó la primera secretaria del Partido Socialista (PS), Martine Aubry, "somos un país que sufre" y en el que "aumenta la cólera" ante la falta de soluciones a la actual crisis económica y financiera, y al aumento del desempleo, que ya afecta a cerca de 2,5 millones de franceses.

Lo que los ciudadanos tratan de comunicar hoy al presidente galo, Nicolas Sarkozy, es que "no podemos seguir con los brazos cruzados" y que el Gobierno tiene que "reaccionar", dijo Aubry a la prensa antes de sumarse, junto a un grupo de dirigentes y simpatizantes socialistas, a la protesta sindical.

Desde el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), Alain Krivine, fue más allá al advertir que "hay que crear las condiciones para una huelga general ilimitada" como única forma de hacer reaccionar al Gobierno.

Jean-Claude Mailly, secretario general del sindicato Fuerza Obrera (FO), también lanzó un aviso muy claro, al afirmar que si hoy hay tensión social "existe el riesgo de que mañana haya aún más".

Al margen de la de París, en toda Francia ha habido más de 280 marchas, las más importantes en ciudades como Toulouse, Burdeos o Nantes, y todas ellas han transcurrido o están transcurriendo sin que hasta el momento se hayan constatado incidentes de importancia.

En total, la policía calcula en 465.000 las personas que han salido a la calle en todo el país, mientras que el sindicato CGT eleva el resultado a 1,2 millones de personas.

El siguiente paso de los sindicatos será el próximo lunes, fecha en las que los representantes de los trabajadores tienen una cita para evaluar el desarrollo de esta jornada y anunciar eventuales nuevas manifestaciones.