No encontraremos inocencia en ninguna actividad humana. Todo cuanto hacemos tiene una razón de ser, un sentido. Y el fútbol, más. El fútbol nace, como un juego, en las calles. Y para las calles se convierte es un bálsamo, eficaz contra el hambre, las crisis de fe, la soledad, la ausencia de identidad y futuro. El fútbol es cultura, pasión, espectáculo y terapia. El fútbol es la vida. A estas alturas nadie duda que Dios, como escribió Juan Villoro, es redondo, una pelota con el signo del dólar escrito junto a la válvula.
Ramón Lobo, uno de los grandes reporteros españoles, desarrolla en su magnífico blog las teorías bélico-futboleras de Claude Lévi-Strauss. Psicólogos y antropólogos ven el fútbol como una guerra tribal, apadrinada por la FIFA. Un sistema para desbravar guerreros, una válvula de escape de testosterona. Y cita a un entrenador clásico, Vujadin Boskov, que me temo padecía la simpleza de los idealistas. "Fútbol es fútbol", aseguró el muy pardillo. Por si después de esa frase aún dudan de su talento, les recordaré que también dijo que "ganar es mejor que empatar. Y empatar es mejor que perder".
Fútbol, admirado Boskov, es mucho, muchísimo más que fútbol. Y si no que se lo pregunten a La Sexta, que acaba de convertirse por primera vez en su historia en líder de audiencia gracias a un Sevilla-Real Madrid. O a Prisa, hundida en la miseria tras la pérdida del jugoso monopolio futbolero. O al empresario Jaume Roures, nuevo dueño del jugoso monopolio futbolero.
Querido aficionado, se nos acaba el chollo de los seis partidos gratis cada fin de semana en La Sexta. Los adictos al fútbol seguiremos pagando nuestras dosis, sólo que a distinto camello. A partir de ahora donde dijo Polanco, diga Roures. Donde dijo Prisa, diga Mediapro. Donde dijo Canal +, diga Gol TV. Todo sigue igual. El dinero seguirá saliendo de su bolsillo, pero irá a parar a diferentes manos.
El cambio de camello lo ha confirmado el mismísimo Roures que, a falta de cinco jornadas para que acabe la Liga, ha desvelado algunas de las claves del fútbol televisado para la próxima temporada: un abono mensual, partidos de pago por Internet y en cines, y resúmenes en el móvil. Pero entremos en detalles...
¿Recuerdan que al comienzo del post hablábamos de la ausencia de inocencia en las actividades humanas? Me van a perdonar, pero no me creo lo de los 18 euros por 22 partidos. Ni lo de pagar un euro por ver un Madrid-Barça. Quiero leer la letra pequeña. Mirar a los ojos del camello no sirve de nada: antes de creerle, siempre hay que catar el material.
Como cada miércoles publicamos un podcast en el que Albéniz pincha su música favorita. Country, blues y, por supuesto, rock and roll. Dale al play y a disfrutar.
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