Siguen conociéndose nuevos casos de gripe porcina en diferentes países. La OMS advierte de "pandemia potencial" y los expertos se plantean si esta nueva variedad de gripe porcina podría convertirse en una pandemia. ¿Cuáles serían los pasos necesarios para ello y cuándo podríamos hablar con firmeza de pandemia?
La gripe vuelve a saltar a los medios por lo que mejor sabe hacer: causar epidemias. Las últimas noticias que tuvimos de ella antes de este nuevo brote fue con la gripe aviar. Una gripe que puso en alerta al mundo por su potencial capacidad para provocar un enorme problema sanitario pero que tenía un gran punto débil: Su capacidad para transmitirse entre humanos era muy limitada cuando no nula.
Tras unos años, la gripe ha vuelto a resurgir. Su origen fundamental ya no está en las aves sino en los cerdos y el punto débil anterior ya no existe: Esta gripe se transmite entre humanos con gran facilidad. Además, comparte cepa (H1N1) con una gripe bien conocida por su oscura historia: la gripe española.
Los genes de la gripe porcina son una combinación de genes de virus de la gripe humana, porcina y aviaria. Los cerdos han sido los organismos donde esta nueva variedad de gripe se ha gestado. Al infectarse al mismo tiempo por virus de la gripe de diferentes especies, se ha producido un intercambio de genes entre ellos dando lugar a esta nueva variedad.
En México, el primer lugar donde se desarrolló la epidemia, ya hay más de 80 personas muertas y más de 1.000 sospechosas de estar infectadas. Nuevos casos confirmados de gripe porcina han aparecido en Estados Unidos, Nueva Zelanda y Canadá y casos sospechosos en Francia, España e Inglaterra evidenciando la capacidad de esta gripe para transmitirse entre humanos.
Desde un punto de vista epidemiológico, llamamos pandemia a una enfermedad que, a partir de un brote, se extiende geográficamente a varios países y ataca a gran parte o a la mayoría de los habitantes provocando enfermedades y un número variable muertes. El máximo grado de una pandemia es una extensión mundial, algo que aún no se ha dado en la historia de la humanidad pero que la globalización favorece enormemente que pudiera ocurrir.
Son muchas las enfermedades que pueden, potencialmente, provocar una pandemia pero pocas son las elegidas que realmente llegan a causar este desastre. Debido a la existencia de múltiples factores que restringen la diseminación de la enfermedad, la pandemia es una cosa poco frecuente.
Aún así, no hay que olvidarse que la gripe es una especialista en provocar epidemias y pandemias. Cada ciertas décadas, el virus de la gripe sufre un gran cambio y provoca grandes epidemias con muchísimas muertes: La gripe española cerca de los años 20, la gripe asiática a finales de los años 50 y la gripe de Hong Kong a finales de los 70 son sólo algunos ejemplos. La gran pregunta no está en saber si ocurrirá la pandemia (porque es cuestión de tiempo que ocurra) sino en saber cuándo ocurrirá.
Para que un virus pueda causar una pandemia se deben cumplir una serie de requisitos por parte del propio virus como también de las personas susceptibles de infectarse.
Desafortunadamente, este virus cumple todos los requisitos propios para poder causar una pandemia. Es un virus nuevo, la absoluta mayoría de personas nunca ha estado expuesto a esta nueva variedad. Se transmite con mucha facilidad entre personas. Además, provoca un marcado número de muertes comparado con la cantidad de personas sospechosas de estar infectadas.
Aún así, la suerte no está echada. Que pueda ocurrir o no una pandemia está en manos del ser humano.
Inoportunamente, tampoco existen vacunas contra la gripe porcina actual. Se duda de que las vacunas actuales contra la gripe convencional sean útiles frente a la gripe porcina y se está estudiando si pueden producir cierto tipo de inmunidad cruzada. Es decir, que al tiempo que ofrecen protección frente a la gripe convencional, también puedan proteger, hasta cierto punto, de la gripe porcina. Por el momento, se está intentando desarrollar una vacuna específica frente a la gripe porcina.
Con respecto a los antivirales, se desconoce el grado de eficacia frente a la gripe porcina y se está dejando en manos de los médicos evaluar en qué casos es necesaria su aplicación y cuándo no.
En estos momentos, la aplicación de medidas para evitar el contagio entre personas, actuar contra el reservorio y poner medidas para evitar que la enfermedad pase a otros países es fundamental. Si llega a desarrollarse una vacuna eficaz y a distribuirse adecuadamente, el fin de la epidemia estará asegurado.
Para hablar de pandemia, la gripe porcina no sólo debe extenderse a varios países sino también provocar la infección de gran parte de las poblaciones de los países correspondientes. Por el momento, la gripe porcina sólo ha producido casos puntuales en Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos sin extenderse al resto de la población, por lo que estamos hablando de epidemia y no de pandemia. Tendremos que esperar un tiempo para conocer mejor a este nuevo virus y observar cómo se desarrolla la epidemia para saber qué es lo que ocurrirá.
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