Jenson Button ha sumado su tercera victoria de la temporada en el Gran Premio de Bahréin, cuarta cita puntuable del mundial de Fórmula 1. El británico, que afianza su liderazgo en el campeonato, compartió el podio con Sebastian Vettel y el autor de la pole, Jarno Trulli. La carrera estuvo marcada por las peleas estratégicas entre Brawn GP, Toyota, Red Bull y McLaren, pues apenas hubo adelantamientos sobre la pista. Fernando Alonso se llevó el punto de la octava plaza, la mejor posición a la que podía aspirar.
La Fórmula 1 es como el fútbol. Basta con predecir la mejor de las emociones en la primera curva para que luego, cuando llega el momento de la verdad, no ocurra nada de nada. En cualquier caso, el sopor del GP de Bahréin de esta temporada no debería sorprender a nadie. Su diseñador, Hermann Tilke, lo planteó pensando en los adelantamientos y, por quinto año consecutivo, nos volvimos a quedar con apenas una decena de acciones interesantes…
El primer sobresalto de la carrera llegó en la misma parrilla. Emilio Botín, presidente del Banco Santander, nos regaló una interesante acción de marketing en directo al regalar una chaqueta de color rojo al mismísimo Bernie Ecclestone. Contra todo pronóstico (queda descartado cualquier atisbo de ignorancia en la acción), el supremo de la F-1 la aceptó y se la puso. No olvidemos que el Santander es uno de los pocos patrocinadores financieros de futuro de la categoría reina.
Pero volvamos al 25% del negocio de la F-1, las carreras. Las aspiraciones de Toyota de ganar su primera carrera quedaron algo diluidas al hacerse públicas las cargas de combustible. Tanto Trulli como Timo Glock llevaban los monoplazas más ligeros de toda la parrilla, lo que les descartaba casi definitivamente de las quinielas por el triunfo.
Timo Glock salió bien o, mejor dicho, Jarno Trulli hizo patinar excesivamente las ruedas posteriores y se quedó sin liderar una sola vuelta en carrera. Contra lo que habíamos comentado ayer, los KERS de Hamilton o Alonso no llegaron a intimidar las posiciones de los Toyota. El inglés consiguió auparse hasta el tercer puesto, seguido de Button, Vettel, Barrichello, Räikkönen y Fernando, que reaccionó algo tarde al semáforo, perdió dos posiciones. Sin embargo, la imagen más impactante de la arrancada fue el toque entre los dos Ferrari, que acabó con una de las paredes laterales del alerón frontal de Felipe Massa hecha trizas. El brasileño trató de seguir en pista, pero la inestabilidad del vehículo en las curvas a izquierda le obligó a pasar por boxes y sustituir el morro. Bye bye, puntos…
El desafío de Hamilton a los dobles difusores acabó en la segunda vuelta, justo el tiempo que tardó el de Brawn GP en arrancarle los adhesivos. Esta acción arruinó la única baza posible de Trulli y Glock para ganar. ¿Por qué? Sencillo. El ritmo de Hamilton no era especialmente veloz, y en el equipo japonés eran conscientes de que el buen vuelta a vuelta de Jenson, unido al extra de cuatro vueltas de gasolina que llevaba en sus tanques, les impediría abrir hueco suficiente para mantener las plazas de privilegio a la vuelta de la primera tanda de repostajes.
El líder del mundial estabilizó la diferencia con Glock en cinco segundos, y eso que tanto el alemán como su compañero, Jarno Trulli, no cesaban de intercambiarse vueltas rápidas. El primer clasificado fue el encargado de inaugurar los repostajes en el undécimo paso por meta, justo uno antes que su compañero. Toyota, a diferencia de sus rivales, apostó por una estrategia relativamente conservadora, basada en un stint corto con los neumáticos superblandos, un segundo más largo con los medios (la goma que peor funcionaba en el asfalto de Bahréin) y el tercero y definitivo de nuevo con la opción más blanda. Trulli y Glock regresaron en medio del tráfico mientras Button, con aire limpio por delante, se escapaba a ritmo de más de un segundo por vuelta más veloz. El británico pasó por boxes en el 14º giro, regresando por delante de sus rivales. Ahí acabó la carrera, si la mecánica no lo impedía.
Con Button lanzado hacia el triunfo y con margen suficiente para mantener la primera plaza tras su segunda parada, la atención de la prueba se centró en el duelo entre Trulli, Vettel y Hamilton por la segunda posición. La pronta detención de Trulli descubrió las cartas de Toyota a sus rivales, que sabían cuándo pararía y tuvieron tiempo para adaptar su táctica y tentar el adelantamiento al italiano en el segundo paso por boxes. Mientras tanto, Jarno aguantaba estoicamente los ataques de Vettel tratando, sin éxito, de abrir hueco suficiente.
El de Toyota paró en la vuelta 40, justo al mismo tiempo que Hamilton y el líder de la carrera. Button abandonó el pit lane como líder virtual; Trulli le ganó la partida a McLaren, y volvió al asfalto con la goma blanda. Sebastian Vettel, en cambio, estiró dos giros más su repostaje, margen suficiente para sobrepasar a Trulli en los boxes. Esta acción determinó el orden del podio final. La preocupante falta de adelantamientos sobre el asfalto no la remedió ni el KERS, ni el alerón móvil delantero ni las diferentes estrategias de neumáticos. ¿Cuándo pensará la FIA en escuchar la histórica reclamación de la afición y prohibir los frenos de carbono?
Las demás posiciones de la zona de puntos se ordenaron en función del éxito o fracaso de las diversas estrategias de carrera. Rubens Barrichello se aupó hasta el quinto puesto a pesar de apostar por una táctica de tres paradas, que en realidad habría tenido sentido si en la F-1 actual se pudiera adelantar con la facilidad que prometía la FIA en la pretemporada. Sexto fue Kimi Räikkönen, cuyo larguísimo y regular segundo stint le permitió salvar el honor de su equipo, que ya no es el farolillo rojo de la F-1. Timo Glock fue séptimo y Fernando Alonso cerró la zona de puntos.
El piloto español logró el mejor resultado posible dadas las circunstancias. El ritmo de carrera del R29 está a años luz de Brawn GP, Toyota, Red Bull y, desde esta carrera, McLaren. Verle la cara a Fernando a estas alturas de año vale tanto o más que estudiar su hoja de tiempos, y cada día parece más complicado contar con él de cara a la lucha por el título. Igual que en 2008, la evolución técnica prevista para el próximo GP determinará las aspiraciones de Renault en este mundial.
Claro que, para leer noticias malas, mejor no pasearse por el box de BMW. Los monoplazas alemanes acabaron en las dos últimas posiciones de la carrera, evidenciando incluso dificultades para resistir los ataques de los Force India. Kubica y Heidfeld no merecen esto, pero si el coche no progresa, lógico es que tampoco lo hagan sus pilotos.
El triunfo de Jenson Button consolida su primera plaza en el campeonato, seguido de Rubens Barrichello y Sebastian Vettel, que están a doce y trece puntos, respectivamente. Por cierto, de haberse aplicado el sistema de puntuación basado en las victorias, Button tendría el 25% del mundial en el bolsillo. Y nos decían que iba a aumentar la emoción… Próxima parada, Montmeló, dentro de dos semanas.
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