MADRID.- El balón es Miguel Ángel Fernández Ordoñez (PDF), alias Mafo, que con sus declaraciones está dando mucho juego tanto al Gobierno como a la oposición. El líder del PP y su equipo están tan eufóricos ante las elecciones europeas que alardean de superioridad con un irónico discurso, a pesar de que el sector crítico amenaza con rebelarse si Galeote entra en las listas. Mientras, ZP sigue inyectando liquidez, ahora vía 3.000 millones de euros en avales a través del ICO para garantizar a autónomos y empresas asfixiadas el cobro de sus facturas con la administración local. Y asegura que 2,7 trabajadores por cada pensionista garantizan los próximos 20 años.
Zapatero comparece a petición propia para explicar los cambios en el Gobierno a las nueve de la mañana. Hay que reconocer que el Hemiciclo está cargado de señorías. El presidente no se molesta en sorprender con un arranque distinto al que utiliza desde que remodeló el Ejecutivo. Exactamente el mismo discurso soporífero que provoco un ensordecedor e incesante baile de SMS en la reunión del grupo parlamentario hace una semana: "Acelerar la ejecución de las medidas del Plan E". En ese momento, una plegaría general se eleva a ver si se produce el milagro y no repite lo de "crash financiero", "crisis global más grave del siglo" que "afecta a todos los países", "invitado al G20" y un bla,bla, bla, bla de cinco folios y medio.
¿Pero es que queda algún español que ignore esas premisas? ¿Por qué los políticos nos consideran tan tontos como para repetirnos hasta la saciedad el mismo mensaje? ¿No se dan cuenta que la reiteración de convierte en una tortura y pierde el efecto deseado?
Los SMS vuelven a la carga, los políticos se los mandan entre ellos y a los periodistas, confirmando su revelación como herramienta de cotilleo política. Soraya Saénz de Santamaría entrena el dedo mientras Zapatero aterriza en España dando cuenta de los 8.000 millones del Fondo Estatal de Inversión Local para que los ayuntamientos pongan en marcha obras que generen trabajo. Porque la obsesión del Gobierno es frenar la destrucción de empleo al precio que sea.
Qué suponen 3.000 millones de euros vía ICO, si sirve para solucionar uno de los principales motivos que tiene contra las cuerdas a autónomos y empresas: la demora en cobrar las facturas a las administraciones locales. La medida, que el presidente ya adelantó el pasado fin de semana, se ha concretado hoy. El ICO respaldará "el pronto pago de las facturas con un límite de 300.000 euros por beneficiario", lo que proporcionará liquidez a negocios que se encuentran ahogados. Esta línea de avales, que se canalizará a través de entidades financieras, conlleva un tipo de interés que no puede ser superior al 5%. Y, además, los ayuntamientos que paguen tarde y mal serán castigados, porque la Administración central no está dispuesta a cargar con la deuda. Si el aval en cuestión tiene que ser ejecutado, se retendrán las transferencias tributarias a los consistorios morosos.
Al PP le gusta tanto la iniciativa que Rajoy acusa a Zapatero de copiársela. Y empieza así el partido en el que, con su característica socarronería, el presidente popular se emplea a fondo. Lo tiene fácil. Los cambios en el Ejecutivo no han causado el impacto deseado por ZP. Ni la opinión pública, ni la prensa, ni las demás formaciones políticas lo han percibido como ese Gobierno capaz de devolver la confianza. "¿Quién se va a ocupar de negociar la financiación económica? ¿El vicepresidente tercero, el vicepresidente tercero con la supervisión de la vicepresidenta segunda y tutela de la vicepresidenta primera, o las tres vicepresidencias bajo la dirección del nuevo ministro de Deportes?", se recrea Rajoy.
Paro, deflación, despilfarro, deuda infinita y pensiones van saliendo por su boca. Hasta ahí justo quería llegar Rajoy. Fernández Ordoñez, el gobernador del Banco de España, el hombre que en su última intervención alertó sobre la posibilidad de que la Seguridad Social entre en déficit si no se reforma generando la ira de Zapatero y ministros. Razón suficiente para que Rajoy se torne en su defensor.
Pero el presidente del Gobierno traía guardada una noticia, el dato del superávit de la Seguridad Social en 2009: 5.586 millones de euros, más un saldo de tesorería de 20.000 millones de euros y un fondo de reserva de 58.000 millones. Cifras despampanantes para concretar que en la actualidad por cada pensionista hay 2,7 trabajadores, lo que asegura 20 años de viabilidad. Está noche dormiremos mucho más tranquilos.
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