Pamplona.- La nueva presidenta de UPN, Yolanda Barcina, ha aceptado "con ilusión" el cargo para el que el 89% de los afiliados presentes hoy en el VIII Congreso del partido le han nombrado, y ha confesado su "emoción", evidente cuando ha asegurado ser "navarra por adopción" y "amar esta tierra con pasión".
Así lo ha expresado en el discurso con el que Barcina ha cerrado el Congreso que "abre un tiempo nuevo" en UPN, una página nueva en la historia del partido en cuya implicación ha animado a todos a tomar parte para conseguir lo que ha considerado objetivo común, que es "llevar cada vez más lejos el proyecto de UPN en torno a nuestra idea de una Navarra foral y española".
Ha agradecido el "apoyo, la amistad, el ánimo y la fuerza" recibidos, de forma que ha recordado sus inicios en política de la mano de Miguel Sanz, pero ha extendido el reconocimiento al "gran equipo" de UPN, del que se ha dicho sentir "orgullosa" de formar parte pues ello le ha dado "la oportunidad de colaborar en momentos tan trascendentes" para el partido como la consecución del Gobierno de Navarra y de la alcaldía de Pamplona desde las que se ha impulsado "la transformación" de la Comunidad y la ciudad.
También ha destacado Barcina la "apuesta" de UPN por el "protagonismo de la mujer, con normalidad y sin demagogia", y ha recalcado la confianza depositada en ella "sin importaros que sea una de esos miles de navarros que no han nacido aquí".
Por todo ello, sabedora de la "crisis e incertidumbre" del escenario social y político actual, ha apostado por "aumentar" su compromiso con la formación regionalista, desde un cargo que supone "una gran responsabilidad" por suceder a "personas de la talla política y humana de Miguel Sanz, Javier Gómara o de nuestro fundador Jesús Aizpún".
En todo caso, ha asegurado sentirse "con fuerza para afrontar todos estos desafíos y asumir sin flaquear las dificultades" que ha augurado le esperan, y también estar "más preparada que nunca para defender nuestros valores".
Todo ello, desde el proyecto de UPN que ha tildado de "sólido y fiable", y en el que una parte fundamental es también la defensa de "las libertades frente al chantaje de la banda terrorista ETA y de quienes les apoyan, aplauden o justifican".
En cuanto a la oposición, se ha mostrado proclive a "apostar por el diálogo, la tolerancia y la búsqueda de espacios de encuentro con las demás formaciones democráticas que creen en la Navarra del Amejoramiento y la Constitución", al tiempo que ha abogado por "un partido que tome partido por todos los navarros: por quienes nos votan y por los que aún no lo hacen".
Al respecto, la nueva presidenta ha llamado al renovado Comité Ejecutivo a estar cerca y a cambio a prometido "hacer todo para mantener vuestra confianza, vuestro apoyo y vuestra amistad".
Por su parte, Miguel Sanz, que seguirá al frente del Gobierno foral el resto de la legislatura, se ha despedido del cargo con una invitación a estar "al lado" de Barcina pero a "respetar su estilo", ha dicho tras asegurar que la nueva presidenta ha llegado hasta aquí "por méritos propios", pues "nadie le ha regalado nada", al tiempo que tras invitarle a "volar alto", se ha puesto "a sus órdenes".
"Satisfacción por el deber cumplido" y "orgullo sano de haber roto moldes" son las dos sensaciones con las que Sanz ha asegurado dejar el cargo, en un discurso en el que no se ha olvidado de agradecer su apoyo a quienes le han acompañado en su andadura como presidente, cargo que "jamás hubiese asumido" de no conocer que detrás había "un gran partido".
En todo caso, ha abordado la situación presente y ha asegurado que no deja la presidencia "por gusto, cansancio ni por haber perdido la ilusión", sino que su decisión es "porque creo que es lo mejor que puedo hacer por UPN, porque pienso que hago un servicio al partido facilitando mi sustitución", todo ello "con la seguridad de que lo que viene es mucho mejor que lo que hay".
Así, ha dicho ponerse "a disposición de la presidenta", ya que "ella manda en el partido, y después de ella el vicepresidente y el secretario general", ya que, aunque aún estará los dos años que restan de legislatura al frente del Ejecutivo foral "que nadie dude que esta bicefalia temporal no originará disfunción alguna entre partido y Gobierno".
Al respecto, en la posterior rueda de prensa, ha asegurado que "no entra" en su pensamiento la posibilidad de convocar unas elecciones anticipadas, que además en Navarra supondrían que el nuevo presidente elegido sólo ejercería hasta el final de la legislatura ya comenzada.
También ha tenido palabras en su discurso para la ruptura el pasado año del pacto que desde 1991 UPN mantenía con el PP y ha argumentado que "todo tiene un principio y un final", ya que "aquél acuerdo había hecho todo su recorrido, ya no servía para el objetivo de frenar el acceso de los nacionalistas al Gobierno de Navarra".
En cuanto al terrorismo, "lo más duro de esta actividad", Sanz ha señalado que nunca ha pretendido que desde UPN se utilizase este asunto electoralmente, pero "tampoco quise que permanezca al margen de la defensa de la libertad, de la justicia y la dignidad de las víctimas de ETA", por lo que "sólo cabe trabajar unidos para aislar a los terroristas".
Tras agradecer el trabajo y el apoyo de las personas que le han acompañado en su andadura en UPN, ha pedido que se busque "desde el partido permanentemente la concertación" y ha expresado su "confianza plena" en el equipo que hoy toma las riendas.
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