En un mundo cada vez más lleno de cachivaches "inteligentes", el suministro eléctrico parece estar ausente. Lo que es, creo yo, extraño e inconveniente. Extraño porque pocas cosas se prestan tanto a la simbiosis con las tecnologías de comunicación como el sistema eléctrico. E inconveniente porque en pocos sectores es tan necesaria una mayor implicación de los consumidores, algo que estas nuevas tecnologías hacen ahora posible.
Los contadores eléctricos que la mayor parte de nosotros tenemos son magníficos ejemplos de un extraordinario diseño industrial. Fiables, resistentes y baratos. Pero con un muy serio defecto: solamente son capaces de medir el consumo energético acumulado entre lecturas, que se espacian en meses. Lo que es incoherente con un mercado eléctrico donde los precios cambian cada hora o menos. La consecuencia: tarifas constantes para el consumidor que no ofrecen incentivos algunos a desplazar el consumo de las horas de pico, cuando hace falta acoplar centrales caras, a las de valle.
La alternativa existe. Contadores inteligentes capaces de medir el consumo de hora en hora (o incluso de minuto en minuto) y transmitir estas lecturas en tiempo real pueden ser ya fabricados a precios competitivos. Algunas compañías, como Google, ya ofrecen programas capaces de integrar los precios de la electricidad disponibles en Internet, con el consumo de electricidad.
Sin duda muchos consumidores preferirán, pese a todo, seguir contratando "tarifas planas" con sus suministradores eléctricos. Pero también los habrá que utilicen las nuevas posibilidades para optimizar su consumo eléctrico. Personalmente creo que nuevas compañías surgirán que ofrezcan nuevos productos para aprovechar estas oportunidades, y que este tipo de gestión de la demanda probablemente será más efectivo que los programas tradicionales de corte centralizado.
Desde el punto de vista regulatorio, la Unión Europea aprobó en el año 2006 la Directiva de Servicios de Energía en la que se requería a los Estados Miembros a desarrollar planes para la implementación de innovaciones tecnológicas como los contadores inteligentes. La directiva debía haber sido transpuesta en las legislaciones nacionales en mayo de 2008. En enero de este año, 20 Estados Miembros no lo habían hecho. A pesar de ello, las nuevas propuestas procedentes de Bruselas ahondan en esta cuestión.
Aunque las eléctricas europeas han empezado a moverse en esta dirección, creo que sería deseable una mayor premura en el despliegue de estas infraestructuras cuyo retraso quizá no se deba en exclusiva a las dificultades técnicas que sin duda existen.
*Julián Barquín, profesor en la Escuela de Ingeniería (ICAI) e investigador del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas.(Las conclusiones y puntos de vista reflejados en este artículo son responsabilidad únicamente de su autor y no representan, comprometen, ni obligan a las instituciones a las que pertenece).
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