Obama se apunta otro tanto y da un poco de aire a Cuba

Hace casi medio siglo que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba cambiaron radicalmente. Fue cuando, en 1962, John F. Kennedy decretó el embargo comercial a la isla, un año después de que EEUU orquestara la fallida invasión de Bahía de Cochinos. Ahora, casi cinco décadas después, Barack Obama —al que tantas veces se le ha comparado con JFK— también quiere escribir un capítulo en la historia de las relaciones entre ambos países. Obama ha decidido levantar algunas restricciones para viajar a la isla y también sobre el envío de remesas.

Ser uno de los 1,5 millones de cubanoestadounidenses que tienen familia en la isla tiene muchos impedimentos. Hasta hoy, sólo les estaba permitido viajar a Cuba una vez cada tres años. Además, las remesas estaban limitadas a un envío cada tres meses, de un máximo de 300 dólares y siempre dirigidas a familiares de primer grado. Éstas eran las consecuencias del último endurecimiento de las sanciones a la isla, después de que en 2003, el gobierno de George W. Bush aprobara una serie de medidas con el objetivo de ahogar al régimen comunista.

La decisión del presidente de EEUU no levanta todas las restricciones pero sí estos dos puntos. Aunque ni siquiera para todos: por lo que ha trascendido, los funcionarios y los militares no podrán beneficiarse del envío de dinero. Habrá que esperar a que se conozcan todos los puntos del anuncio que ya se esperaba desde que la semana pasada un grupo de congresistas demócratas visitaran La Habana y se entrevistaran con Fidel y Raúl Castro. Hoy, ha sido el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, el que ha hecho oficial a lo que ya prometió Obama durante la campaña electoral. "El presidente encomendó a los secretarios de Estado, Tesoro y Comercio tomar las medidas necesarias para levantar todas las restricciones a individuos para que visiten familiares en Cuba y les envíen remesas. Ha ordenado que se tomen medidas para extender la mano a los cubanos para apoyar su deseo de gozar de derechos humanos básicos y determinar libremente el futuro de su país''.

En el paquete de medidas hay otro punto que llama a la esperanza para todos aquellos que creen que, esta vez sí, las relaciones podrían normalizarse entre los dos países: Obama ha dado permiso a las compañías estadounidenses para ofrecer servicios de telefonía móvil. También se ampliará la lista de productos que se pueden enviar a Cuba y que, hasta el momento, prohibía el envío de ropa y de medicamentos.

Pero, ¿se atreverá Obama a levantar el embargo? El anuncio se ha recibido con cautela entre los cubanos que viven fuera de la isla que, a la vez que aplauden la ampliación de derechos, denuncian que el diálogo con el régimen castrista debe ser limitado. Probablemente muchas de las incógnitas sobre el futuro de las relaciones entre los dos países se empiecen a despejar en la Cumbre de las Américas, que tiene lugar este fin de semana en Trinidad y Tobago. A pesar de que a la reunión no acuden representantes cubanos, el tema de Cuba estará, casi seguro entre los que se debatan los asistentes, no en vano entre ellos están muchos de los 'valedores' que han denunciado el embargo a Cuba como Bachelet, Kirchner y, sobre todo, Hugo Chávez.

Mientras, Obama se apunta otro con una medida que, además de suponer un balón de oxígeno económico para los cubanos que esperan como agua de mayo las remesas, también puede ayudar a los movimientos de resistencia dentro de la isla. "Ahora mismo, yo no puedo enviar dinero a un disidente que se encuentra en Cuba porque no somos familia, pero eso cambiará a partir de ahora", explica un miembro de la Fundación cubano americana de Miami.

También queda por ver si este paso de EEUU tiene una réplica por parte de las autoridades de Cuba. Hace ya un año que se anunció que se rebajarían los requisitos para que los cubanos pudieran salir de la isla con mayor facilidad. Sin embargo, la anunciada (y por todo lo alto) medida aperturista aún no se ha puesto en marcha.