Naciones Unidas.- La Organización de Naciones Unidas (ONU) conmemoró hoy el 15 aniversario del genocidio que se cobró la vida de unas 800.000 personas en Ruanda con la determinación de honrar la memoria de esos muertos evitando la repetición de tragedias de esta naturaleza.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó en un mensaje institucional que el organismo sigue adelante en el perfeccionamiento de mecanismos para evitar futuros genocidios como el desencadenado el 7 de abril de 1994 por la etnia hutu contra la tutsi en el país africano.
"La prevención de genocidios es una responsabilidad colectiva y solamente comprometiéndonos a cumplir con ese objetivo podemos estar a la altura de los supervivientes y honrar la memoria de los que murieron hace 15 años", valoró el responsables de Naciones Unidas.
Ban destacó que la ONU ha intensificado desde esos fatídicos días de 1994 su labor de prevención de conflictos, ha aumentado su capacidad para ejercer de mediador en crisis y ha puesto en marcha tribunales internacionales como el que juzga en la ciudad tanzana de Arusha a los presuntos autores de los crímenes contra la humanidad cometidos en Ruanda.
Así mismo, el secretario general pidió que este aniversario sirva para reflexionar sobre lo ocurrido a través de la mirada de quienes vivieron los hechos que ensangrentaron el corazón de África.
"La resonancia de las voces de los supervivientes nos tocan el corazón como otras palabras no pueden, pero el silencio de 800.000 inocentes todavía nos persigue en nuestra consciencia colectiva", señaló.
Ban citó los testimonios de un hombre que escondió a cientos de personas, un asesino al que le persiguen los fantasmas de los crímenes que cometió y un mujer que trató de suicidarse tras perder a su esposo y tres hijos.
Estos casos forman parte de la recopilación de recuerdos de la tragedia llevada a cabo por Naciones Unidas con motivo de la exhibición "Vistas de Ruanda: imágenes de supervivencia, reconciliación y perdón".
Esta es una de las dos exhibiciones fotográficas que se inauguraron este martes en la sede de la ONU como parte de la conmemoración del aniversario del inicio del genocidio.
La otra recoge las instantáneas y entrevistas realizadas por el fotógrafo israelí Jonathan Torgovnik a los sobrevivientes de las masacres, particularmente mujeres que fueron violadas por los asesinos.
Varios de los supervivientes del genocidio relataron sus experiencias durante un acto en la sede de Naciones Unidas encabezado por Ban y por el presidente de la Asamblea General del organismo, Miguel D'Escoto.
También tomaron la palabra las embajadoras de Israel, Gabriela Shalev, y de EE.UU., Susan Rice, que cuando ocurrieron los masacres trabajaba en el equipo de seguridad de la Administración del ex presidente Bill Clinton y desde entonces ha lamentando públicamente que no se interviniera para evitar la tragedia.
La Asamblea General decretó en 2003 el 7 de abril como el Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio de 1994 en Ruanda, que se considera una de las páginas más negras de la historia de Naciones Unidas.
Más de 800.000 ruandeses, la mayoría de la etnia tutsi, murieron asesinados durante un período de cien días en 1994 ante la pasividad de la comunidad internacional, que no encontró la manera de intervenir y parar la matanza.
El recuerdo de la tragedia ruandesa es periódicamente invocado en los intentos por hallar una solución a la crisis de la región noroccidental sudanesa de Darfur, donde más de 200.000 personas han muerto desde 2003 y otras 2,2 millones han sido desplazadas por la guerra.
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