Gijón.- El Centro de Atención Integral a Mujeres Víctimas de Violencia de Género, conocido como "Casa Malva", ha atendido a un centenar de mujeres con sus hijos durante el pasado año, según el balance de actividad difundido hoy por las autoridades.
En total han sido 214 personas las que han sido atendidas en esas dependencias durante el año 2008 y de los 190 nuevos ingresos, 93 son mujeres y 95 son menores de edad, según han informado hoy la directora del Instituto Asturiano de la mujer, María Fernández Campomanes y la concejala de igualdad de Gijón, Begoña Fernñandez.
En el último año se ha evidenciado una tendencia al alza en el número de víctimas de violencia machista que denuncian su situación en dependencias policiales alcanzando una cifra de 1500 en toda la Comunidad Autónoma, como un incremento de las que recurren a poner el caso en manos de la Justicia tras recibir atención en algunos de los centros de la red.
Nueve de cada diez mujeres que ingresaron en la Casa Malva lo han hecho por la vía de emergencia, la mayoría de ellas a través del servicio telefónico del 112 y derivadas por las Fuerzas de Seguridad, y en menor medida a través de los servicios sociales.
Un 67 por ciento de las víctimas habí denunciado su situación con anterioridad a su ingreso en el centro, aunque esa cifra ascendió al 72 por ciento que lo hicieron al finalizar su periodo de estancia, lo que es valorado como "positivo" por los responsables del servicio.
El 75 por ciento de los ingresos registrados el pasado año corresponde a víctimas de maltrato físico y psicológico, y el resto a maltrato psicológico solamente, y su agresor es su pareja de convivencia en un 84 por ciento, según los datos suministrados por la concejala.
Un total de 29 de estas mujeres eran inmigrantes de países de Iberoamérica con más de un año de residencia en España.
La directora del Instituto Asturiano de la Mujer ha valorado como "muy positivo" el balance de actividad de la Casa malva, como cabecera de la red asturiana de atención a las víctimas de violencia de género, al considerar que el método utilizado "dignifica a las personas".
En ese sentido, ha dicho que ha modificado el sistema de atención que ha pasado "del anonimato" de las casa de acogida a "un nuevo modelo que compromete a toda la sociedad" en la solución a un "problema grave".
La Casa Malva ha iniciado un programa de talleres destinados a mejorar la readaptación de las víctimas que se espera sea extendido al resto de los centros de la región.
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