Madrid.- Los clientes de Caja Castilla-La Mancha (CCM) afrontaron con tranquilidad el primer día en que las oficinas de la entidad abrieron al público tras la intervención del Banco de España, mientras los partidos políticos reclamaron que se depuren responsabilidades.
Al contrario de lo que se temía, no hubo aglomeraciones ni filas de clientes exigiendo el reembolso de sus ahorros y en general imperó la tranquilidad, según manifestaron hoy a EFE varios trabajadores y clientes de sucursales, entre otras ciudades, de Toledo, Albacete y Madrid.
Muchos de los clientes, de hecho, consideraron que ahora su dinero está "más seguro que nunca" con la intervención del organismo supervisor.
De hecho, los tres administradores que el Banco de España ha designado para gestionar CCM se reunieron hoy con el comité de dirección de la entidad y trasladaron a los 3.000 empleados que la caja debe funcionar "con total normalidad" y les han pedido "el máximo esfuerzo y compromiso de todos".
Incluso la propia caja intervenida también envió hoy por la mañana un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que aseguraba que sigue operando con "absoluta normalidad" y sin riesgo para sus clientes.
En cualquier caso, la primera intervención de una caja de ahorros en España siguió, un día después de su anuncio, despertando una cascada ininterrumpida de reacciones por parte de partidos políticos, sindicatos y consumidores, que en general exigen que se busquen responsabilidades.
Desde la oposición, la secretaria general del PP y presidenta de ese partido en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, consideró que "hoy es más necesaria que nunca" la creación de una comisión de investigación en las Cortes regionales sobre la situación de CCM.
El grupo popular en el Congreso reclamó, además, la comparecencia "urgente y conjunta" del ministro de Economía, Pedro Solbes, y del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para explicar la intervención.
El líder de IU, Cayo Lara, denunció que es el Gobierno de Castilla-La Mancha el que tiene responsabilidad "plena" en el "agujero" de la entidad, pero acusó también al PP de corresponsable, ya que formaba parte de la dirección de la entidad.
El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se defendió y aseguró que la intervención se debe a las "pretensiones excesivas" de Unicaja y subrayó que, tras la intervención, "no hay ninguna entidad más segura y sólida".
Por su parte, la patronal de las cajas, la CECA, aseguró que respalda la decisión del Banco de España y ofreció su "total colaboración" a las autoridades durante el proceso de intervención.
En cualquier caso, reclamó "rigor y responsabilidad" al hablar de las cajas, cuyos "ratios y resultados" reflejan su "alta fortaleza y solidez".
Solbes también insistió de nuevo en que CCM no presenta "ningún agujero financiero" y que todo aquel que quiera podrá retirar los fondos que tenga depositados, al tiempo que subrayó que también pueden dejarlos en la caja "con toda tranquilidad".
Desde el Banco de España, el todavía subgobernador José Viñals (a punto de irse de consejero financiero y director de Asuntos Monetarios y Mercados de Capitales del FMI) se mostró "completamente de acuerdo" con la medida "estrictamente profesional" adoptada sobre la entidad y confió en "una solución definitiva lo antes posible y con el mínimo coste de recursos públicos".
Los sindicatos UGT y CCOO valoraron la intervención, pero reclamaron que debe asegurar el empleo de la plantilla y la tranquilidad de los impositores y garantizar el futuro de la entidad, al tiempo que reclamaron que se "depure la cadena de responsabilidades".
Las principales organizaciones de consumidores, CECU, FACUA y OCU, pidieron tranquilidad a los clientes de las cajas de ahorros, y mayor transparencia, control y supervisión a las autoridades.
FACUA pidió también, al igual que el PP, la creación de una comisión de investigación en las Cortes de Castilla-La Mancha.
La intervención de la caja castellanomanchega ha tenido además repercusiones en la Bolsa española, ya que la cotización de las entidades financieras españolas lideraban las caídas del mercado.
Así, al cierre, el principal indicador de la Bolsa española, el Ibex-35, perdió el 4,12 por ciento, su tercera mayor caída del año.
El banco que sufrió mayores retrocesos fue el BBVA, con un descenso del 7,74 por ciento, seguido muy de cerca por el Santander, que cedió el 7,68 por ciento.
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