NUEVA YORK.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibe hoy en Washington a los responsables de los principales bancos del país con un espíritu "constructivo" para proponerles la necesidad de que se establezca una "alianza" entre la Casa Blanca y Wall Street que ayude a reparar el deteriorado sistema financiero.
Al encuentro que se celebrará a puerta cerrada en la Casa Blanca asistirán los consejeros delegados de Fannie Mae, Freddie Mac, JPMorgan Chase, Citigroup, Wells Fargo, Bank of America, Bank of New York Mellon, State Street, Goldman Sachs, Morgan Stanley, PNC Financial, US Bancorp, Northern Trust y American Express.
La cadena Fox, que cita fuentes de la administración, asegura que Obama no acude a la cita con ánimo de cargar contra Wall Street -tras sus recientes críticas por la polémica de las bonificaciones_y tampoco para pedirles que se sumen al nuevo plan del Tesoro para luchar contra los activos tóxicos que busca la participación de inversores privados.
Será una conversación "constructiva" para volver a poner la economía "en marcha", y aunque "a veces" este tipo de conversaciones son "complicadas" la intención de Obama es discutir cómo se puede reparar y mejorar el sistema financiero. "El mensaje que quiere trasladarles es que necesitamos ser aliados en la economía y seguir adelante", añaden las fuentes.
La reunión llega después de que el Tesoro desvelara a principios de semana un esperado plan que propone la compra de 'activos tóxicos' por un importe inicial de 500.000 millones de dólares que podría alcanzar hasta el billón de dólares, con financiación de la Reserva Federal y Corporación de Garantía de Depósitos (FDIC), que busca la participación del sector privado.
Los ejecutivos de Wall Street también llegan a Washington tras la fuerte polémica que se desató la semana pasada al conocerse que la aseguradora AIG había repartido días antes unos 165 millones de dólares entre sus empleados en concepto de bonificaciones, pese a que la empresa ha sido rescatada con 170.000 millones de dólares de los contribuyentes.
El malestar se hizo patente en la Casa Blanca, con duras palabras de Obama hacia el sector financiero, y en el Capitolio, donde la Cámara de Representantes aprobó con sorprende rapidez un proyecto de ley para gravar con un impuesto del 90 por ciento las primas que reciban empleados de empresas rescatadas con al menos 5.000 millones de dólares.
Ahora la intención de la Administración Obama es buscar un nuevo acercamiento con Wall Street, dejar a un lado las críticas, no centrarse exclusivamente en la contribución del sector financiero a la actual crisis, y reconocer que los bancos tienen un papel importante para ayudar en la recuperación de la economía.
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