Menos aerodinámica, KERS, neumáticos slick, motores a 18.000 vueltas y con duración teórica de tres carreras; Brawn GP, crisis, difusores ilegales… La Fórmula 1 no vivía un Gran Premio tan apasionante desde 1998. Esa campaña, señalada por la FIA para introducir los polémicos neumáticos rayados, arrancó con numerosas incógnitas y muchos aspirantes al triunfo… y, al apagarse el semáforo, los dos McLaren doblaron al resto de la parrilla. ¿Conseguirá algún equipo repetir la gesta de Häkkinen y Coulthard en Melbourne 2009? Parece difícil, pero los Brawn GP…
¿Recuerdas el inicio de la temporada 1999? Qué lejos queda… En esos tiempos, Alonso no era más que un pipiolo que venía de hacerlo muy bien en karting mientras en España soñábamos con la F-1 de la mano de Marc Gené y Pedro Martínez de la Rosa. No aspiraban a ganar, y sumar un punto sonaba a quimera. Pero Pedro lo consiguió, y a la primera. Diez años después, ese puntazo del ahora comentarista de La Sexta puede considerarse como el iniciador del despegue de la disciplina en nuestro país. Ahora podemos presumir de dos campeonatos del mundo y afrontamos la misma carrera que nos hizo soñar hace una década con la ilusión de ver a uno de los nuestros en lo más alto del podio. Puntuar ya es un premio modesto. Hemos progresado.
El décimo aniversario de la hazaña del gran Pedro viene a coincidir con el feliz regreso de un excelente periodista. Josep Lluís Merlos, uno de los mejores plumillas de motor que ha dado nuestro país, se volverá a poner al frente de las retransmisiones de F-1 de TV3 después de su salida de la cadena en 2004. Merlos se volverá a sentar junto a su eterna segunda voz, Francesc Rosés, y estaría muy bien que antes de la carrera del domingo repitieran aquel "¡¡¡De la Roooooooooooosaaaa!!!" que tanto nos emocionó a los entusiastas de este deporte hace una década. Eran otros tiempos, las carreras deportivas de Lobato y Alonso no se habían cruzado todavía y el deporte del motor no trascendía más allá de cuatro freaks entre la multitud futbolera…
Y, después de este paréntesis televisivo, volvamos a Melbourne, el circuito que ha visto el regreso de Alonso a las quinielas por el triunfo. Adiós a los problemas de 2008; adiós a los dolores de cabeza con la nefasta aerodinámica que restaba apoyo en las curvas y robaba velocidad punta en las rectas. El inicio desde un papel en blanco de la presente campaña ha beneficiado a Fernando casi tanto como perjudicado a los dominadores de la pasada campaña, que ahora vagan perdidos en los defectos en el tren delantero del MP4/24.
La motivación del asturiano es equivalente a la de muchos otros equipos y casi todos los fans de la F-1. Las nuevas normas no alterarán los problemas de fondo de la categoría (véase, la falta de adelantamientos), pero sí han añadido la pizca de incertidumbre que parecíamos haber aparcado para siempre con los duelos Hamilton-Massa. De hecho, McLaren, el mismo equipo que acabó el año en la cumbre de la categoría y celebrando por todo lo alto el título de Hamilton, vuelve a la carga supuestamente en el furgón de cola de la parrilla; y Honda, que en Brasil cerraba todas las tablas de tiempos, afronta la primera cita de 2009 como principal candidata al triunfo. Y todo ello en un contexto donde los ensayos privados estarán terminantemente prohibidos desde este lunes y hasta la última carrera del año, lo que lastrará sobremanera a aquellos que no afronten la primera cita con una carta segura.
El papel de los pupilos de Ross Brawn resultará especialmente interesante. Su rol de favoritos viene a confirmar que en esto de la F-1 lo que cuenta es el todo, y que no podemos machacar mediáticamente a un piloto cuando los tiempos no le salen, ni tampoco encumbrar a otro si lo gana absolutamente todo. Vamos, que ni Button se ha vuelto bueno de repente ni Hamilton es tan mediocre (y eso que, este fin de semana, oiremos muchas veces aquello de: "Ya lo decía yooo…"). El trabajo de Ross Brawn ha vuelto a seguir la línea correcta, y de contar con el apoyo de Honda, probablemente esta temporada serían el equipo dominador indiscutible.
El posible rol de favorito de Brawn GP se explica en gran medida por el nuevo código reglamentario. La FIA ha recortado aerodinámica a los niveles de 1997, añadido el famoso KERS, que sólo unos pocos usarán en Melbourne; alargado la vida de los motores de dos a tres carreras (logrando recortar su régimen máximo de giro de 19.000 a 18.000 vueltas) y vuelto a los neumáticos slick en lugar de las antiestéticas gomas rayadas, introducidas en 1998. Preparaos, pues, para un año muy movido en el ámbito político. Reclamaciones y apelaciones llenarán telediarios si un equipo se destaca de inicio, y no será de extrañar que la FIA eche una mano por debajo de la mesa a aquellas escuderías que, en caso de no ganar, amenacen con abandonar el barco a final de 2010. Ah, y no dudes que si a un Brawn GP se le ocurre ganar este domingo en Melbourne, el lunes habrá 'sarao' político en la plaza de la Concordia de París…
A las novedades reglamentarias en materia técnica se añaden algunas interesantes normas de atrezo mediático, como la que obliga a todos los equipos a declarar el peso real de sus coches al acabar los ensayos oficiales. Esto deja al descubierto a los estrategas de todos los equipos, que ya no podrán jugar al despiste con los espectadores la tarde del sábado. Al menos, durante las primeras carreras tendrá su gracia, a partir de la tercera todos se imitarán y ya nada será lo mismo…
La nómina de pilotos sólo registra un alta, Sébastien Buemi, que toma el relevo de Sebastian Vettel, ahora en Red Bull. El alemán, por su parte, ocupa el asiento de David Coulthard, ahora comentarista de la BBC. Todos los demás siguen en sus puestos, aunque la avalancha de jubilaciones a la vista deja numerosos asientos en discusión a partir de 2010.
Tampoco cambiará el sistema de puntuación, que seguirá premiando al más regular. La intención —véase, globo sonda— de premiar con el título a aquel que más victorias sumara propuesta por Mosley ha quedado en papel mojado ante la increíble avalancha de detractores surgidos de la noche al día. Una señal más de que la F-1 necesita nuevos guías en su devenir más inmediato… Ah, y a todo esto, Ron Dennis y Jean Todt han abandonado Mcaren y Ferrari para hacerse con un puesto… ¿en la FIA? Veremos.
Melbourne acostumbra a regalarnos carreras divertidas y con muchos movimiento. Esta tarde, a las 6, los entrenamientos; la carrera, el domingo a partir de las 8.
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