"Me imagino que en este momento tienes ganas de que la persona, bueno, la persona por llamarle de alguna manera, que el ser que ha hecho eso, cumpla todo lo que tiene que cumplir y un poquito más" (Ana Rosa Quintana).
El mes de marzo ha sido fecundo para las crónicas de sucesos, ya que han coincidido en el tiempo la búsqueda del cadáver de Marta del Castillo y el juicio contra Josef Fritzl. Pero durante el mes de marzo también ha tomado cuerpo un movimiento de resistencia, encabezado por académicos, quienes han criticado con dureza en un libro recién presentado la forma en la que se aborda este tipo de información y su repercusión en las políticas criminales.
Hubo un tiempo, cuentan los más viejos del lugar, en el que para hablar de delincuencia la gente se servía de términos como "garantismo" o "reinserción", palabras que pertenecían a una cultura propia de las políticas penales del Estado del Bienestar. Entonces, no era ningún sacrilegio abordar el tratamiento de la criminalidad desde las herramientas propias del Estado social: educación universal, prestaciones públicas, integración social...
Sin embargo, llegó un momento en el que esta aproximación empezó a considerarse blanda, de modo que no sólo se fueron incrementando las penas y se tipificaron nuevas conductas delictivas, sino que se produjo toda una revisión de la conceptualización de la delincuencia, de los factores que la explican y de las medidas que deben adoptarse. El origen de este giro, que bien es cierto se produjo de forma gradual, puede situarse a mediados de los años 90 en Estados Unidos, aunque no tardó mucho en extenderse a Europa. Ante este cambio de enfoque, cabe preguntarse, ¿qué es lo que pasó por el camino? Cuatro datos:
¿Casualidad? Ésta es una de las preguntas que se formulan los autores de 'Malas noticias', un libro en el que pueden encontrarse los datos expuestos hasta ahora y que se rebela contra la forma en la que algunos medios de comunicación tratan la actualidad criminal. Si bien reconocen que es difícil establecer relaciones causales, lo cierto es que resulta clave en el cambio de paradigma hacia un 'populismo punitivo' la percepción ciudadana de la existencia de grandes riesgos para la seguridad, aunque el aumento de esos riesgos no pueda contrastarse en la realidad. "Y el vehículo primordial para generar esa percepción son los medios de comunicación", según se afirma en la introducción de la obra.
Uno de los capítulos de 'Malas noticias' aborda 'Los discursos televisivos sobre el crimen'. En él, Joan Baucells y Luiz Peres, los dos responsables de su redacción, elaboran un análisis del discurso de dos de los estandartes de la crónica de sucesos en televisión: 'Gente' y 'El programa de Ana Rosa'. De su estudio se puede extraer, entre otras, una serie de características comunes a estos programas:
Aunque este texto se escribió con anterioridad al conocimiento del horrendo suceso de Marta del Castillo, Mercedes García Arán, una de las directoras de la obra, reconoce que muchos de los principios descritos más arriba se pueden aplicar perfectamente al caso que ahora ocupa las portadas de muchos diarios y llena la parrilla de un buen número de cadenas de televisión. De hecho, los Consejos Audiovisuales de Andalucía y Cataluña han trasladado esta semana al ministerio fiscal y a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones sendos informes críticos sobre la cobertura realizada por algunas televisiones. "Somos conscientes de que es difícil luchar contra la sobrerrepresentación de los temas penales en los medios de comunicación, pero al menos hemos de exigir que cuiden al máximo los discursos", nos dice Mercedes García Arán. "A veces se llegan a lanzar discursos contrarios a la Constitución Española", añade la catedrática de Derecho Penal en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
La segunda pata de esta ofensiva académica contra el tratamiento superficial de los sucesos reposa sobre 'crimimedia', la página web que nació del grupo de investigación de 'Malas noticias', compuesto por expertos en Derecho Penal, Ciencia Política y Ciencias de la Comunicación. Se trata de "un instrumento para seguir y comentar el tratamiento mediático de informaciones que pueden ser relevantes para favorecer o legitimar las líneas de una política criminal que hoy se encuentra demasiado condicionada por los medios de comunicación", según ellos mismos la definen. Hasta el momento, la página ha analizado, con carácter mensual, los siguientes temas:
Una de las preocupaciones centrales para este grupo de investigadores —como también queda reflejado en 'Malas noticias'— es la forma en que los discursos mediáticos empapan la opinión pública, y de ahí se extienden a la agenda política, hasta el punto de que la presentación que los medios hacen de la criminalidad posee una influencia determinante en la acción política. "No se puede decir de forma tajante que los medios sean los causantes de las reformas penales, ya que son procesos con muchos actores. Lo que es cierto es que los responsables últimos de la legislación compulsiva son quienes hacen las leyes, que son los políticos", nos dice García Arán.
Existe una muestra muy clara de cómo el discurso de los medios y la alarma social ha calado en la forma de hacer política criminal: "Las exposiciones de motivos de las diversas leyes de reforma del Código Penal de los últimos años se refieren a la 'alarma social' generada por las informaciones publicadas sobre determinados hechos criminales. Así la acción de los medios de comunicación constituye, por lo menos, una importante fuente de legitimación de las reformas penales; y, en ese contexto, no cabe esperar análisis matizados, atención precisa al detalle o razonamientos complejos, sino mensajes más bien simples, trazos gruesos y apelaciones de corte más o menos populista", se dice en 'Malas noticias'.
Es muy significativa, igualmente, la fotografía que aparece en la portada de crimimedia, en la que aparece el presidente Zapatero con el padre de Marta del Castillo. El equipo de investigadores analiza, en uno de sus artículos, la proximidad de las víctimas con los altos cargos políticos del siguiente modo: "Aunque no se haya llegado al extremo de los países anglosajones donde las leyes llevan el nombre de las víctimas [Ley Megan, Ley Jenna, Ley Brady], los políticos españoles presentan las reformas penales acompañados en el altar mediático por los familiares de las víctimas. Ello supone otra novedad que merece ser destacada: es una de las primeras ocasiones en la que los poderes públicos españoles reconocen explícitamente su identificación con el discurso de las víctimas. Y no hay nada peor para un Estado de Derecho que el Estado asuma el papel de la víctima y se atribuya al Derecho penal la función de satisfacer la venganza privada".
¿Y qué pretenden conseguir con crimimedia? "No creemos mucho en la efectividad de las sanciones, de modo que lo que intentamos es sacar a la luz a aquellos medios que actúan con demagogia, ya que la puesta en duda de la credibilidad puede convertirse en el peor castigo para un medio", concluye García Arán.
Este medio ha tratado de recabar la opinión de Nacho Abad, rostro del programa de Telecino 'Rojo y Negro' y considerado como abanderado de la información de sucesos que se ataca en 'Malas noticias'. El presentador ha preferido abstenerse de hacer declaraciones hasta conocer el contenido completo de la obra que dirige García Arán.
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