Fascinante debate el que suscita la nueva interfaz del usuario de Facebook, que concede mayor importancia a las 'actualizaciones de estado' siguiendo un poco el modelo de Twitter.
A muchos de sus usuarios no les gusta. Así lo han declarado cerca de 2 millones de ellos firmando una petición especial.
Tampoco a ciertos empleados les hace gracia el cambio.
Ni Marc Zuckerberg ni la Dirección parecen dispuestos a escucharles, contrariamente a lo que habían hecho en el pasado.
Robert Scoble dice que estos últimos tienen toda la razón, puesto que de lo que se trata es de embolsarse miles de millones. Imaginad —plantea Scoble— que preguntáis a vuestro teléfono dónde encontrar un restaurante japonés y que os responde indicándoos los que tenéis a tiro de piedra... y añadiendo "que les han gustado a 20 de vuestros amigos"... Eso muy bien podría abrir la cueva de Ali Babá.
Por su parte, Dare Obasanjo matiza un poco y reconoce que una empresa "perturbadora" que abre nuevos espacios no debe limitarse a hacer lo que le pidan sus usuarios. Sin embargo, añade que en este caso se trata de un error.
Con Digg ya fuimos testigos de cómo una empresa que vive del contenido que generan los usuarios no puede ir en contra de estos. La cuestión que se plantea ahora es saber si una tecnología verdaderamente nueva puede tener alguna oportunidad de alcanzar su madurez sin contrariar a su público.
¿Qué opináis?
[Foto en Flickr de xtof ]
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