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La retirada de Jatamí cede esperanzas de cambio a reformista de la vieja guardia

EFE
Actualizado 17-03-2009 15:23 CET

Teherán.-  La retirada del ex presidente iraní Mohamad Jatamí, cede las esperanzas de apertura de la sociedad iraní a un hombre de la vieja guardia con ideas progresistas, Mir Husein Musavi que creció acunado por el líder de la revolución ayatolá Rujolá Jomeini.

Musavi, aspirante reformista, fue primer ministro de Irán durante la difícil década de los ochenta, marcada por la guerra con Irak y el aislamiento que la comunidad internacional impuso al nuevo régimen de los ayatolá.

Revolucionario de primera hora, miembro activo del levantamiento popular que derrocó la dictadura del último Sha de Persia, Musavi accedió a la jefatura del Gobierno tras haber ejercido primero como ministro de Exteriores.

En 1989, muerto Jomeini, se retiró de la primera línea política al ser enmendada la Constitución y desaparecer el cargo de primer ministro.

En aquellos últimos años de la guerra que empobreció al país, trabajó codo con codo con el entonces presidente de Irán y ahora líder supremo de la Revolución, el ayatolá Ali Jamenei.

Tras meses de dudas y negociaciones, Musavi volvió a la política activa la semana pasada al anunciar su deseo de aspirar la presidencia del país en las elecciones previstas para el próximo 12 de junio.

Para muchos, incluido el propio Jatamí, es el candidato ideal, ya que a sus ideas moderadamente reformistas añade credenciales islámicas y revolucionarias que podrían atraer a gran parte del electorado.

El ex presidente cabildeó con tenacidad en los meses previos para convencer a Musavi, pero ante las dudas de éste -y según algunos analistas, para finalmente forzarle a aceptar-, decidió a principios de febrero postularse oficialmente para un cargo que ya ejerció con polémica entre 1997 y 2005.

En secreto, algunos de los colaboradores más cercanos a Jatamí admitían que el ex presidente había quedado escaldado y dudaban de que pudiera movilizar al electorado como hizo en 1997, cuando ganó con el 70 por ciento de los votos.

Muy valorado en el exterior, Jatamí goza de menos prestigio en Irán, donde muchos de sus antiguos votantes le recriminan que perdiera la oportunidad de cambiar el país durante sus ocho años de Gobierno.

"La presencia de Jatamí en la escena electoral no le favorecía ni a él ni a los reformistas. Su retirada es un gesto lógico y razonable que ya esperábamos", dijo hoy el vicesecretario general del partido reformista Etemad Meli, el hayatolislam Rasul Montayabnia.

La renuncia deja al cuadro progresista con dos contrincantes en liza: el propio Musavi y el líder de Etemad Melli y ex presidente del Parlamento, Mehdi Karrubí.

Según fuentes reformistas consultadas por Efe, el objetivo ahora es alcanzar un acuerdo para llegar a un aspirante de consenso que pueda hacer frente al poder de los conservadores.

Pero no parece sencillo que Musavi pueda quebrar la resistencia de Karrubi, quien insiste en que seguirá hasta el final.

El mayor temor de los progresistas es que el voto se divida y beneficie a la apuesta de los tradicionalistas.

"Va ser difícil convencer a Karrubi. En las elecciones de 2005 consiguió cerca de cinco millones de votos y está seguro de su fuerza. Sabe que si no se resuelven las elecciones en primera vuelta y gana a Musavi, puede tener una oportunidad", afirma a Efe un analista iraní que prefiere no ser identificado.

La batalla quizá comenzará a aclararse una vez que Jatamí, que ha dicho que mantendrá su plataforma electoral, decida a que colega de corriente entrega su respaldo.

Todo apunta a que se inclinará del lado de Musavi, al que apoyó en el pasado, aunque algunos de sus colaboradores más cercanos no se cansan de recalcar que ahora "la situación ha cambiado".

En la misma línea se expresa el partido de Karrubi, convencido de ser el destinatario de los votos del ex presidente.

"Con la retirada de Jatamí, los votos se dividirán entre los dos candidatos reformistas", escribía el lunes en su blog el clérigo Ali Abtahi, jefe de la oficina del ex presidente.

Musavi y Karrubi desconocen, además, quien será su rival directo en los comicios.

Los conservadores, también divididos, no han lanzado aún nombre alguno.

Las quinielas dicen que el actual presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, intentará la reelección, aunque algunos de sus colaboradores más cercanos han sugerido que podría hacerlo como independiente.

Esta posibilidad dejaría la puerta abierta a la aparición de un candidato conservador "tapado", salido de quienes se denominan a sí mismos "principalistas".

La ecuación comenzará a despejarse el próximo ocho de mayo, fecha límite para la presentación oficial de candidaturas.

Días después, el poderoso Consejo de Guardianes dará su última palabra sobre los candidatos, que tendrán apenas un mes para movilizar al indeciso y algo apático electorado.

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