Bruselas.- Los ministros de Exteriores de la UE se mostraron hoy dispuestos a enviar una señal a Bielorrusia para comenzar a integrar a ese país en las estructuras de cooperación con el Este de Europa si continúa dando pasos hacia la democratización y el respeto a los derechos humanos.
El Consejo de Ministros de hoy decidirá qué hace con las actuales sanciones a Bielorrusia y también prevé respaldar la propuesta para crear una "asociación del este", en la que se quiere incluir a ese país si el actual régimen de Minsk prosigue sus tímidos pasos hacia la apertura.
Varios ministros y responsables comunitarios se mostraron favorables, a su llegada a la reunión, a prorrogar las actuales sanciones que entre otras cosas limitan los viajes a suelo de la UE de altos cargos bielorrusos, pero a la vez continuar la suspensión de esas medidas para lanzar "una señal".
La cumbre de la UE de los próximos jueves y viernes tiene previsto lanzar formalmente la "asociación del este", y la presidencia checa ha convocado una cumbre en Praga en mayo con los países beneficiados (Ucrania, Bielorrusia, Georgia, Moldavia, Azerbaiyán y Armenia).
Bielorrusia está invitada a esa cita, y el Alto Representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, consideró que la invitación a Minsk para esa cita "es algo que no debería cambiarse".
La comisaria europea de Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, dijo que las relaciones entre la UE y Minsk están "en una encrucijada", recordó que el Gobierno bielorruso ha dado algunos pasos "alentadores" hacia la apertura democrática, aunque "no son suficientes".
Ferrero-Waldner respaldó mantener la suspensión de las sanciones pero dijo que debe ser bajo una serie de condiciones: no puede haber prisioneros políticos, libertad de los medios de comunicación y de internet, acreditación a los periodistas extranjeros, facilidades para el trabajo de las ONG y mayor participación de la sociedad civil.
"No logramos nada si aislamos a Bielorrusia", señaló por su parte el ministro luxemburgués de Exteriores, Jean Asselborn, quien dijo que hace falta abrir ese país, no para ayudar a su presidente, Alexandr Lukashenko, sino por la población.
El ministro estonio, Urmas Paet, recordó que Bielorrusia es un país "muy importante para la UE", ya que tiene frontera con tres países comunitarios, y dijo que hace falta "intentar a la vez influir en el Gobierno y en la sociedad civil".
"Durante doce años hemos probado la política de las sanciones y no hemos logrado prácticamente nada. Durante un año hemos intentado una apertura, hemos puesto condiciones a nuestra cooperación y ha habido algunas mejoras", explicó el ministro finlandés, Alexander Stubb.
El titular sueco de Exteriores, Carl Bildt, resumió la situación señalando que las autoridades bielorrusas tienen que decidir hacia dónde quieren dirigir al país y, si es hacia la democratización, la puerta de la UE "está abierta, como lo ha estado siempre".
Bildt y otros ministros insistieron en que la UE exigirá a Bielorrusia que respete la integridad territorial de los demás países de la región, en una alusión a que no reconozca la independencia de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur.
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