NUEVA YORK.- El Consejo de Seguridad de Transporte estadounidense (NTSB) ha lanzado una advertencia de seguridad de carácter urgente sobre el motor de los aviones Boeing 777 tras constatar que puede repetirse el fallo que hizo que el pasado 17 de enero de 2008 un avión de British Airways (BA) de este modelo tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Londres-Heathrow.
Según informa la prensa local, existen componentes en el motor del modelo 777 que podrían provocar accidentes similares en otras aeronaves, según la investigación que ha llevado a cabo la NSTB estadounidense.
En el incidente de Heathrow, el avión de BA perdió potencia durante el descenso a tierra lo que provocó un aterrizaje de emergencia que se saldó con un herido grave y dos leves.
Posteriormente, se produjo un segundo accidente similar en un avión de Delta Air Lines el pasado 26 de noviembre que operaba la ruta Shanghai a Atlanta. El piloto advirtió sobre una pérdida de potencia en el motor durante el vuelo mientras sobrevolaba Montana, aunque en este caso consiguió aterrizar sin problemas siguiendo procedimientos de emergencia.
La investigación que siguió a ambos incidentes por parte de la NTSB ha llevado a que dicho organismo lance una advertencia urgente debido a que existe "una elevada probabilidad de que se produzca un incidente similar".
Por ello, la NTSB ha dado instrucciones al fabricante del motor, Rolls-Royce, para que vuelva a rediseñar estos componentes y ha advertido a las aerolíneas de que se aseguren de incluir la nueva versión en todos los motores afectados en cuanto tengan oportunidad.
NUEVO DISEÑO E INSTRUCCIONES DE VUELO
Al parecer el fallo que se produjo en ambos incidentes está relacionado con la formación de hielo en el sistema de combustible FOHE que obstruye los conductos y que puede hacer caer el avión en picado si no se corrige de manera rápida.
Después de producirse ambos incidentes, Boeing publicó un 'set' de instrucciones para los pilotos en caso de que experimentaran problemas similares, aunque la NTSB se mostró muy crítica con esta decisión, ya que los nuevos procedimientos no eliminan el riesgo de accidente y agregan "complejidad a las operaciones de vuelo de cabina".
El organismo considera "la única solución aceptable" la creación de un diseño nuevo por parte de Rolls-Royce del componente FOHE que elimine los problemas, aunque este nuevo diseño ya ha sido anunciado por el fabricante de motores el pasado mes de febrero.
"Con la confluencia de dos eventos de este tipo en un año, creemos de que existe una elevada posibilidad de que algo similar suceda otra vez", aseguró el presidente de la NTSB, Mark V Rosenker.
Rosenker acogió con satisfacción la existencia de un nuevo diseño por parte de Rolls Royce y confió en que la Administración de Aviación Civil (FAA) y la Agencia de Seguridad de Aviación Europea (EASA) supervisen el proceso para que el problema de seguridad con el modelo de avión de Boeing se resuelva "con prontitud".
Rolls Royce ha advertido, no obstante, que los nuevos componentes no podrán ser instalados en los aviones Boeing 777 hasta el año próximo, por lo que los pilotos de dichos aparatos deberán seguir las nuevas instrucciones de Boeing hasta que eso ocurra.
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