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Arriaga Vs. Iñárritu: Round 1 después de 'Babel'

Por LUIS MURILLO ARIAS* (SOITU.ES)
Actualizado 14-03-2009 19:05 CET

Llega a nuestras pantallas 'Lejos de la tierra quemada', ópera prima como director de Guillermo Arriaga, el guionista de las tres primeras películas de Alejandro González Iñárritu, un film solvente que pone al guionista por delante del director, mientras este último se debate contra el mal fario del rodaje de 'Biutiful' en Barcelona.

La película de Arriaga, como la de Iñárritu, tiene mucho más que perder que lo que puede llegar a ganar, aunque al final lo que gane sea mucho. Las dos son el producto de los arrebatos de dos egos, prácticamente se ha convertido en una lucha por encontrar el favor del público y de la crítica por encima del otro, aunque ninguno de los dos lo reconozca delante de los medios. ¿De quién eran los méritos en la trilogía conformada por 'Amores perros', '21 gramos' y 'Babel'? ¿Del guionista? ¿Del director? ¿Quién era el verdadero autor? Disputas absurdas cuando resulta que de lo que se trata es de una obra colectiva. En el duelo del "y yo más", se embarcaron ambos en sendos proyectos: 'Lejos de la tierra quemada' (Arriaga) y 'Biutiful' (Iñárritu), cada uno con sus propios medios, actores y egos.

El guionista, ahora también director, toma la delantera

La del madrugador Arriaga, que podemos ver ya , viene avalada por su gran acogida y buena crítica en el Festival de Toronto. El resultado es una obra solvente que nos recuerda mucho a las películas del antiguo dúo guionista-director. La desestructuración de la historia y las tramas cruzadas que están relacionadas no suena a nuevo, aunque bien es cierto que los nexos entre las historias y los giros que se desprenden de ellas son mucho más sólidos y orgánicos que en la última obra del tándem.

Por un lado, observamos que Arriaga maneja la fórmula a la perfección, los giros, los contextos dramáticos en los que se desarrolla la trama, los golpes emocionales, la desestructuración del tiempo, cómo poco a poco se van relacionando las tramas. Pero, por otro, uno se pregunta: "Guillermo, tío, esto ya sabemos que lo sabes escribir, lo has hecho ya cuatro veces, ¿puedes hacer una historia que no sean tramas aparentemente independientes que luego se entrelazan y que ocurran todas a la vez? La respuesta es que probablemente sí, se nota que es buen guionista, pero que quizá, y esto ya es aventurarse demasiado, haya pensado: "Mirad, hago lo mismo y os demuestro que el verdadero autor era yo".

La prueba de fuego consistía en averiguar si Arriaga, además de escribir, era capaz de dirigir. Y sí, sabe. El estilo, digamos que es parecido, pero diferente al de Iñárritu. Pone la cámara en el sitio idóneo, en un lugar desde el que observa, frío y en la distancia, cómo los personajes sufren. El montaje parsimonioso y bien ensamblado ayuda a recibir cada impacto emocional de la manera más limpia posible. Se notan ciertas diferencias con la de su antiguo amigo y director. La de Arriaga es una película menos abrupta, fluye sin explosiones de violencia. La procesión va por dentro. Por eso ha querido desmarcarse del tono sucio e inestable (cámara en mano) que otorgaban a las producciones de Iñárritu un estilo propio.

La película lo tiene todo para implicar emocionalmente al espectador: infidelidad, amor, traición, arrepentimiento, muerte, instinto paternal, amistad... y está construida de una manera que le otorga empaque a todo el conjunto. Por encima de Kim Basinger o Charlize Theron, caben destacar las interpretaciones de los adolescentes o de un José María Yazpik que ya fue de lo mejorcito de aquella 'Sólo quiero caminar' de Agustín Díaz Yanes.

Sólo decir que Arriaga ha dado un gran paso para ser director de cine, de películas dramáticas, porque, según pudimos ver la semana pasada en el 'Saturday Night Live' de Cuatro, estar delante de la cámara no es lo suyo, y mucho más cuando de sentido del humor va la cosa.

Iñárritu, a superar el vudú de la mano de Bardem

Si existiera la magia negra y creyéramos en ella —hay que recordar que muchos mexicanos lo hacen—, alguien diría que lo del rodaje de la película de Iñárritu en Barcelona es cosa de vudú. ¿Y quién dirían ustedes que es el máximo candidato a haberlo realizado? No seamos malos y pensemos que lo de la hernia de Bardem que ha retrasado el rodaje, el robo de los efectos personales del autor, los rumores de conato de motín de los trabajadores por las largas jornadas laborales y los cotilleos sobre si la productora de ‘Biutiful’ había planteado un ERE por dos semanas, han sido obra de Arriaga.

Para acabar surgen varias dudas... ¿Será Iñárritu —que ha coescrito el guión junto a Armando Bo y Nicolás Giacobone— capaz de hacer una historia lineal? ¿Qué imagen dará de Barcelona, dada su fascinación confesa por la ciudad condal, después de que otro conquistado por la misma llamado Woody Allen, hiciera un estropicio con ella? ¿Veremos al Bardem genial de 'No es país para viejos' o a la decepción interpretativa de 'Vicky Cristina Barcelona'? El tiempo, en algún sitio se puede leer, responde a todas las preguntas.

Y además


*Luis Murillo Arias es periodista y guionista de televisión.

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