Barcelona.- La dirección general de Pesca de la Generalitat impulsa un estudio para conseguir que los barcos de arrastre catalanes reduzcan entre un 35% y un 50% su consumo de gasóleo, lo que podría suponer un ahorro de unos 800 litros diarios de este carburante.
En una entrevista concedida a Efe, el director general de Pesca del departamento de Agricultura, Alimentación y Acción Rural de la Generalitat, Martí Sans, ha explicado que en un mes se iniciará un estudio en el que participarán investigadores del Colegio de Ingenieros Navales y de la Universidad Politécnica de Cataluña para comprobar si la reducción de combustible es posible.
"Los investigadores trabajarán en cinco barcos de arrastre de diversos puertos de Cataluña que pescan habitualmente en nuestras aguas, para que el estudio tenga un resultado real, que podría ser aplicable a otras embarcaciones en el futuro, si se demuestra que el ahorro es posible", ha indicado Sans.
Este estudio se desarrollará durante unos seis meses y la administración catalana dedicará un millón de euros a su realización.
Martí Sans ha argumentado que un barco de pesca de arrastre de unos 2.000 caballos de fuerza consume cada día que sale a la mar una media de unos 2.000 litros de combustible, por lo que un ahorro de aproximadamente 800 litros "sería rentable, aunque supusiera pescar menos producto", ha asegurado.
"En el caso de que la investigación determinara que para garantizar el ahorro de gasóleo se tuviera que pescar menos cantidad, esto tampoco supondría un aspecto negativo -ha considerado-, ya que el pescado llevaría a la lonja menos 'machacado' y su aspecto ganadería en calidad".
El director general de Pesca ha indicado que la investigación forma parte de una serie de iniciativas para impulsar el sector de cara a los próximos quince años, de entre las que el proyecto de Ley de Pesca marítima de Cataluña es su principal exponente legislativo.
La nueva ley, actualmente en trámites en el Parlament de Cataluña, tiene por objetivo mejorar la rentabilidad del sector, sin que por ello se perjudique la sostenibilidad de las aguas en las que pescan los armadores catalanes.
Martí Sans ha defendido la ley, a pesar de "haber sido recibida duramente por la oposición", y ha indicado que Cataluña, "que fue pionera el año 1986 en disponer de un marco legal para la pesca, ahora se hemos quedado a la cola", ha afirmado.
Además, ha recordado que parte del articulado de la ley de pesca marítima de 1986 fue objeto de una importante anulación tras ser recurrida por el gobierno español y no resolvía todas las materias sobre las que tiene competencias actualmente la Generalitat, como la acuicultura, pesca recreativa, buceo y marisqueo, entre otras.
La nueva ley regula las licencias y permisos de pesca, las medidas técnicas de gestión y conservación, de protección medioambiental y de regeneración de los recursos marinos vivos, los profesionales y organizaciones del sector, como las cofradías de pescadores, la flota y las infraestructuras pesqueras, la comercialización y el ya existente Consejo de Pesca y Asuntos Marítimos de Cataluña.
También establece un régimen de infracciones y sanciones que servirá, ha añadido el director general de Pesca, para hacer cumplir la ley de forma efectiva, igual que hacía la anterior de 1986.
"No puede ser de otra manera, ya que si se pesca en un fondo prohibido o se vende pescado fuera de la lonja o se pescan especies cortas de talla, esto se tiene que sancionar", ha razonado Martí Sans, uno de los directores generales del departamento de Agricultura más veteranos del tripartito.
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