Así, sobre el papel, el supuesto cohecho a Francisco Camps puede resultar hasta glamouroso. Un sastre confeccionaba al presidente de la Generalitat trajes a medida en tiendas de lujo que luego, según dicta el auto de Garzón, la empresa Orange Market facturaba.
Un traje a medida, explica el encargado de la clásica sastrería Yusty de Madrid, cuesta cerca de 2.000 euros, y de ahí, para arriba. Pongamos que el tejido es cachemere 100%, que los botones están cubiertos, que lleva tirantes de botón, forro de seda, y así hasta alcanzar los 12.000 euros si uno se pone. Pero cuando se desglosan algunas de las prebendas que se supone recibió Camps el cuento cambia: 2 trajes a medida por 1.400 euros en la tienda Milano, por ejemplo. Los números no salen. En dicha tienda del grupo Cortefiel en la calle Serrano, la misma donde dice Garzón que se compraron los trajes de Camps, los dependientes lo dejan claro: "un traje cuesta entre 195 y 475". Haciéndole arreglos podría llegar a costar 700 euros, pero un cógeme allá ese bajo no es confección a medida.
Y luego está lo del sastre, que suena muy bien también, pero si no hay confección difícilmente puede haber sastre. Y es que José Tomás, el hilo conductor de la ruta de los trajes de lujo, fue sastre en otro tiempo, pero ahora ya no lo es. Tomás era un empleado de Cortefiel con 20 años de antigüedad cuando en 2006 fue despedido por irregularidades con facturas, según informa El Mundo. Esto ocurrió cuando la familia Hinojosa vendió su 55,7% de Cortefiel a fondos de inversión extranjeros y un año después Tomás, que ya ocupaba un cargo de responsable de tienda, sale del grupo Cortefiel y comienza en Forever Young, una cadena de lujo, como la definió el propio Tomás en el momento de su lanzamiento.
El hombre, flamante director de ventas y de las sucursales de la firma, anunció la creación de Forever Young, para "llegar al cliente que compra Armani y Loewe". Para ello iba a abrir dos tiendas cerca de Bernabeu además de una sastrería en Paseo de la Habana. Y el cuento de la lechera sigue, tal y como recogía el periódico Expansión: "El futuro es que en una misma calle se concentren Forever Young Woman, Man, Taylor, un hotel, un restaurante…", declaró José Tomás. La calle elegida, nada menos que Serrano, donde dos años después no hay ni rastro de aquel proyecto. Pero en Castellana 140 sí hay un Forever Young donde, siempre según el auto de Garzón, se compraron ciertos presentes para Camps. 4 trajes de americana y pantalón y 5 pantalones, un cinturón de piel, una chaqueta deportiva, una austriaca, una americana de sport, una deportiva Barbour y una chaqueta fantasía. Sí, has leído bien, una chaqueta fantasía. Y todo ello por 8.083 euros.
El rótulo FY Outlet está pegado en la puerta. Un dependiente muy amable te deja fisgar —"preferimos que los clientes miren tranquilos"—. El resultado: ninguna prenda supera los 99 euros y hay rebajas sospechosas como la de una cazadora Filson que pasa de 880 euros a 50. Las camisas están a 20 euros, los pantalones a 80, las americanas a 50 y las austriacas a 99. Habría que sumar mucho, muchísimo, para alcanzar los 8.083 euros. La mayor parte de la ropa es de la marca Forever Young y muchas prendas no tienen la etiqueta de identificación obligatoria por decreto.
El dependiente oye el nombre José Tomás y se pone serio, lo mismo ocurre a la vuelta de la esquina, en Concha Espina, donde Forever Young tiene otra tienda. Esta no es outlet pero la mayoría de la ropa está tan rebajada como en la tienda anterior. Lo más caro es un pantalón que alcanza los 125 euros y además es de la marca Cerruti 1881. A su lado Calvin Klein Jeans y Versace Jeans, ambos rebajadísmos. Al salir de la tienda una dependienta me hace una última oferta: "dos corbatas por 20 euros". Puro lujo.
Otro intento: Paseo de la Habana 35. En unos bajos una tienda rarísima en la que se reconoce la cartelería de Forever Young pero en la que cuelgan, además de la ropa rebajada, cuadros de subasta porque resulta que el dueño de la cadena, que no es otro que Eduardo Hinojosa García Puente, de los Hinojosa de Cortefiel, participa con la empresa en algunas sociedades que se dedican al negocio del arte. La figura de José Tomás coge empaque. Así que Hinojosa, una vez Tomás fue despedido de Cortefiel por supuestas irregularidades va y le contrata como director de ventas de su nueva empresa.
En estos momentos las informaciones son algo confusas. Mientras algunos medios apuntan a que Forever Young se habría desvinculado de Tomás con un "no tiene nada que ver con esta empresa", dos empleados de sus tiendas aseguran que sigue trabajando allí, pero "está de vacaciones". ¿Cuándo volverá? "No nos lo dice, él es un directivo y no nos da explicaciones". De sastre nada. Y de lujo, menos.
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