Así se ha tomado el presidente de Sudán, Omar al-Bashir, la orden de detención contra él que ayer dictó la Corte Penal Internacional. Al-Bashir se ha echado a la calle arropado por miles de compatriotas que han querido mostrarle su apoyo, coreando lemas a su favor y portando pancartas con su fotografía. El presidente se ha dirigido a los manifestantes y ha asegurado que "los mentirosos y los verdaderos criminales en Europa y EEUU quieren juzgar a los honorables. Los que han robado la riqueza de los pueblos son los que tienen que sentarse frente al tribunal". Al-Bashir está acusado de siete cargos: cinco relacionados con crímenes de guerra —entre ellos exterminio, tortura y violación— y dos de lesa humanidad —ataques directos e intencionados contra la población civil y pillaje—.
Tras la orden dictada ayer por la CPI —muy aplaudida por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rigths Watch— Al Bachir se convierte en el único gobernante en ejercicio en todo el mundo con una orden de arresto dictada por un tribunal internacional.
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