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Galicia y País Vasco afrontan sus elecciones más reñidas

EFE
Actualizado 01-03-2009 07:20 CET

Los gallegos y los vascos están llamados hoy a elegir a sus representantes autonómicos en unas elecciones que se presentan más reñidas que nunca y con unos resultados tan inciertos que incluso podrían variar el escenario político actual en estas dos comunidades. La abstención puede amenazar la victoria tanto del PNV como de la izquierda gallega.

Las encuestas dadas a conocer en las últimas semanas tienen el denominador común de apuntar hacia un desenlace muy ajustado, por lo que los indecisos podrían ser determinantes para decantar la balanza de las urnas de un lado u otro, especialmente en Galicia.

Por eso, los partidos de ámbito nacional no han escatimado esfuerzos para llevar hasta el norte del país a sus primeras espadas, con el presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, a la cabeza de este desembarco.

En el caso de Euskadi, el tripartito vasco podría alejarse de la mayoría absoluta —que tampoco ha tenido en esta última legislatura—, con un alza muy significativa de los socialistas y con la ausencia de candidatos de la izquierda abertzale radical por primera vez en unos comicios autonómicos.

Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), hecho público a mediados de mes, el PNV de Juan José Ibarretxe podría sumar entre 26 y 27 escaños, frente a los 29 actuales, en tanto que el PSE de Patxi López pasaría de 18 a 26 diputados. De confirmarse estos datos, el panorama político del País Vasco podría cambiar sustancialmente a favor de los socialistas, que, de hecho, sólo contemplan el escenario de la victoria de su candidato y el desalojo de los nacionalistas de Ajuria Enea.

En cualquier caso, todos trabajan con el convencimiento de que las alianzas postelectorales serán básicas en este vacilante contexto, incluso aunque no culminen en pactos de gobierno estables y se limiten a forjar apoyos puntuales a un gobierno en minoría, sea del color que sea. No obstante, el viernes, en el cierre de campaña, Patxi López quiso despejar dudas y subrayó que no va a gobernar "con un PP que sólo sabe hacer antinacionalismo y antisocialismo", ni con un PNV que "pretende imponer su modelo de país".

Galicia, la más reñida

El caso de Galicia es radicalmente distinto y la mayoría absoluta es fundamental para que el PP recupere el Gobierno de la Xunta si no quiere que continúe el bipartito entre PSdeG y BNG. El CIS pronostica para Galicia un mantenimiento de la situación de la última legislatura, con una victoria del aspirante del PP, Alberto Núñez Feijóo, con 35 ó 36 escaños frente a los 37 actuales, y un repunte del socialista Emilio Pérez Touriño, que lograría subir sus representantes en el Parlamento gallego de 25 a 27.

Así las cosas, PSdeG y BNG podrían mantener holgadamente su gobierno bicolor en esta comunidad, sin perder de vista, sin embargo, que al PP sólo le faltó un escaño en la pasada legislatura autonómica para lograr la mayoría absoluta, que podría conseguir mañana según le auguran algunos sondeos.

Pero habida cuenta de que los indecisos en Galicia son casi una cuarta parte del electorado, tanto PP como PSOE han puesto toda la carne en el asador para movilizar a sus respectivos electorados, tarea que en la recta final de la campaña han dejado para sus máximos líderes, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, respectivamente.

Los socialistas han insistido en sus mítines en hacer llamamientos para que nadie se quede sin votar y no han tenido reparos en acusar al PP de jugar con la abstención como la mejor baza para conseguir sus ambiciones de mayoría absoluta.

Apoyo 'nacional'

En cualquier caso, lo cierto es que Rajoy —natural de Pontevedra— se ha instalado prácticamente en Galicia durante los últimos quince días, protagonizando una campaña paralela a la de Núñez Feijóo, aunque centrada, en su caso, en poblaciones medianas e incluso en núcleos rurales, donde creen que su electorado está menos motivado.

También el vicesecretario general del PSE, el gallego José Blanco, ha estado "sudando la camiseta" en esta campaña electoral hasta el punto de que ni siquiera ha asistido a las últimas reuniones de la dirección socialista nacional en Ferraz. No obstante, Pérez Touriño ha contado en la campaña con numerosos cargos socialistas, entre ellos los tres ministros mejor valorados del Gobierno: la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y los titulares de Defensa e Interior, Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba.

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