Nueva York.- La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) defendió hoy que el Tribunal Supremo de EE.UU. debería atender el caso del supuesto militante de Al Qaeda Ali saleh Kahlah al Marri, el único "combatiente enemigo" en suelo estadounidense.
"Seguiremos luchando por el caso de Al Marri para asegurarnos de que ningún ciudadano estadounidense o residente legal será jamás encarcelado sin cargos o sin un juicio previo", aseguró la organización, que representa al detenido ante los tribunales.
Las autoridades de Estados Unidos han transferido a los tribunales civiles la custodia de Al Marri, de nacionalidades saudí y qatarí, y residente legal en este país.
Al Marri se encontraba detenido en una prisión de la Marina en las afueras de Charleston, en Carolina del Sur, desde hace más de cinco años, cuando el entonces presidente George W. Bush (2000-2008) lo declaró "combatiente enemigo".
En un memorándum enviado al secretario de Defensa, Robert Gates, y dado a conocer hoy, el presidente estadounidense, Barack Obama, revierte la decisión de Bush e indica que Al Marri debe ser transferido al control del Departamento de Justicia para que se le abra un juicio penal.
Al anunciar esta medida, el Departamento de Justicia aseguró que hará las gestiones necesarias para que el Tribunal Supremo de EE.UU. desestime el recurso interpuesto por Al Marri.
Jonathan Hafetz, abogado de la ACLU y principal asesor legal en el caso de Al Marri ante el Supremo, afirmó hoy en un comunicado que es "fundamental que el tribunal atienda el caso".
Además, pidió al tribunal rechazar "categóricamente la posibilidad de que un presidente tenga potestad para privar a un individuo residente en Estados unidos de sus derechos constitucionales más básicos declarándolo combatiente enemigo".
Al Marri presentó una demanda ante el Supremo en la que pone en entredicho la autoridad del presidente para detener de modo indefinido y sin llevar a juicio a sospechosos de terrorismo en suelo estadounidense.
El sospechoso, de 43 años, será trasladado ahora a una prisión civil en Peoria, en Illinois, a la espera de ser juzgado por proporcionar apoyo a Al Qaeda y conspirar con otros para apoyar a esa red terrorista.
Si es declarado culpable, podría ser condenado hasta a quince años de prisión por cada cargo.
Dos días después de su llegada a la Casa Blanca el pasado enero, Obama ordenó una revisión del caso de este detenido, el único preso considerado "combatiente enemigo" que queda en suelo estadounidense.
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU., la Casa Blanca alegaba que contaba con autoridad dentro de su declarada guerra contra el terrorismo para ordenar la captura de cualquier ciudadano o residente estadounidense, y retenerlo indefinidamente sin necesidad de llevarlo a juicio.
La orden dada a conocer hoy representa una muestra del cambio de política respecto a los sospechosos de terrorismo en el Gobierno de Obama, que pidió la revisión del caso de Al Marri al tiempo que ordenó el cierre de la prisión de Guantánamo (Cuba) en el plazo de un año.
Al Marri fue detenido a finales de 2001 tras los atentados del 11-S. Inicialmente se le acusó de fraude con tarjetas de crédito y de mentir a la Policía.
En junio de 2003, Bush afirmó que el sospechoso contaba con información clave sobre tramas terroristas, lo declaró "combatiente enemigo" y ordenó que quedara bajo custodia militar.
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