Madrid.- El continuado abaratamiento de la energía, las rebajas y la menor demanda de numerosos productos han hecho que la inflación española prosiga su senda bajista y se sitúe este mes en el 0,7 por ciento, de nuevo en mínimos históricos.
El dato conocido hoy es el más bajo de la historia del indicador adelantado del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que calcula la inflación de la misma forma en todos los países de la zona del euro y que empezó a elaborarse en 1997.
De coincidir esta tasa con el índice general (IPC), que se conocerá el próximo 12 de marzo, se trataría de la inflación más baja en cuarenta años, desde junio de 1969, cuando se situó en el 0,5 por ciento.
La bajada en una décima de la tasa interanual de inflación -que según los cálculos hechos por EFE con los datos del último año supondría también una caída mensual de una décima en los precios de consumo- se sigue atribuyendo por buena parte de los expertos consultados al continuo abaratamiento del petróleo y, en consecuencia, de los productos energéticos.
Los analistas, sin embargo, no se ponen de acuerdo a la hora de evaluar el peso que sobre la evolución de los precios están teniendo la crisis económica y el derrumbe del consumo.
Carlos Maravall, de Analistas Financieros Internacionales, cree que en la bajada de los precios se nota ya la caída de la demanda mundial de numerosos productos que está provocando la crisis económica global.
Una caída de la demanda que, explicó, se nota sobre todo en los bienes industriales no energéticos y en la alimentación, tanto la fresca como la elaborada.
Las rebajas, que han continuado en febrero en buena parte del comercio, también han podido influir en alguna medida, aunque los expertos creen que fue en enero cuando más se notó su efecto.
El anuncio de un nuevo dato de inflación vuelve a abrir el debate sobre la temida deflación, un fenómeno que los analistas insisten en descartar, aunque no así la oposición.
Juan Iranzo, del Instituto de Estudios Económicos, cree que no va a haber deflación porque la inflación subyacente -la que excluye los alimentos frescos y la energía- no llegará a registrar tasas negativas.
Nuria Bustamante, de Caja Madrid, recordó por su parte que para que haya deflación se tiene que registrar una tasa negativa de inflación de forma "persistente" en el tiempo, y la caída de los precios tiene que ser generalizada para todos los productos de la cesta de la compra.
Sin embargo, desde el Partido Popular, su portavoz económico en el Congreso, Cristóbal Montoro, insistió hoy en que España está al borde de la deflación, lo que supondría un recrudecimiento de la recesión con el cierre de más pymes y un mayor aumento del paro, que podría llegar en pocos meses a los cuatro millones de personas.
El riesgo de deflación también existe para el portavoz de Economía y Hacienda de CiU en el Congreso, Josep Sánchez Llibre, quien no obstante ve como una buena noticia que la bajada de la inflación coincida con la del euribor, el índice hipotecario de referencia.
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