Gijón.- El tren de FEVE que descarriló el pasado lunes cuando circulaba entre Oviedo y Santander iba prácticamente el doble de la velocidad permitida en la curva en la que se salió de la vía, a la altura de Soto de Dueñas, en el concejo de Parres. (Parres).
El director de FEVE, Amador Robles Tascón, ha comparecido hoy en rueda de prensa y ha explicado que el convoy superaba los setenta kilómetros por hora cuando el límite permitido en la curva era de cuarenta kilómetros.
Por ello, ha vinculado el accidente, que provocó quince heridos, a un "fallo humano" y ha informado de que la empresa ya ha abierto un expediente informativo al maquinista y que probablemente se cerrará con una "falta grave".
La compañía verificó primero que el estado de las vías no intervino en el descarrilamiento y, posteriormente, que ningún componente de la seguridad del tren estuviera dañado.
Robles ha admitido que la infraestructura ferroviaria está preparada para que se supere en "algo más" la velocidad permitida, pero el conductor del convoy superó los límites de tolerancia, que oscilan entre cinco kilómetros, y casi duplicó los parámetros establecidos.
Las sanciones ante una falta grave varían y, entre otras consecuencias, pueden generar la rebaja de categoría o la suspensión de empleo y sueldo.
Con todo, el director de FEVE ha adelantado que la legislación internacional no tipifica como "grave" el accidente ocurrido puesto que no ha habido víctimas mortales y tampoco se pueden adoptar medidas penales.
Dos persona continúan ingresadas en el Hospital Universitaria Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, una de ellas, de nacionalidad holandesa, recibirá el alta y será trasladada a su país este fin de semana, mientras que E.G.R. saldrá del hospital en los próximos días.
El agente comercial de Feve que se encontraba ingresado en la Clínica Asturias ya ha recibido el alta.
Robles ha informado de que ya han iniciado los contactos con los afectados para pactar las indemnizaciones y ha estimado que se alcanzarán "acuerdos razonables".
El máximo responsable de la empresa ferroviaria ha reconocido que el "accidente fue aparatoso" pero que no tuvo consecuencias muy importantes.
Aún así, ha admitido en que los resultados son "baremables" y que, incluso para los pasajeros ilesos, el "disgusto" del accidente "ya es un problema".
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