Alicante.- Donde ayer había cemento, hoy florecen naranjos, nectarinos y almendros. La política de restauración de canteras emprendida por la multinacional CEMEX permite a esta compañía producir anualmente cerca de 2.000 toneladas de fruta en sus instalaciones en España.
Los terrenos ya explotados ubicados en las canteras de Yepes (Toledo), Alicante y Lloseta (Mallorca) no tienen el color gris del cemento. Uvas, mandarinas, naranjas, almendras y ciruelas otorgan tonalidades vivas que mejoran la visión del paisaje y envuelven de color las instalaciones que aún mantienen su actividad.
El Real Decreto de 15 de octubre de 1982 obliga a aquellas empresas que realizan actividades extractivas, como es el caso de las cementeras, a restaurar las canteras una vez hayan sido explotadas.
Esta restauración "normalmente se hacía con pinos, porque es lo que sale más económico", comenta Rafael Sempere, gerente de la sección agrícola de CEMEX, quien explica que en un primer momento la cementera con base en Alicante apostó por la restauración con este tipo de árboles, pero después comenzaron a plantar frutales.
"Nos dimos cuenta que los pinos cuando llegaba el verano la mitad se secaban. Por eso, finalmente apostamos por la restauración con frutales, que además de adaptarse mejor a las condiciones climatológicas, era el cultivo que había antes en este zona", ha explicado.
Así, 110 hectáreas alicantinas acogen un total de 85.000 árboles frutales, entre los que destacan mandarinos, nectarinos, ciruelos y naranjos, cuya producción se comercializa en un 90% en los mercados de Francia, Estados Unidos, Alemania, Italia y Reino Unido.
En el caso de la localidad toledana, las plantaciones anteriores a las actividades de extracción de la cementera eran viñedos, que ahora se han vuelto ha replantar con variedades de Merlot, Shyrah y Cabernet Sauvignon, que suman un total de más de 90.000 ejemplares repartidos en 28 hectáreas.
En Lloseta (Mallorca), la empresa restauró las 15 hectáreas agotadas de la cantera con un cultivo de almendros.
Tras la confirmación de ingeniero encargado de las extracciones de qué no se va a realizar ninguna más, el proceso de restauración de las canteras comienza con la colocación de una capa de tierra proveniente de obras en solares urbanos, a la que se le añaden más tarde los abonos.
Con la tierra ya lista, se plantan los frutales que los agricultores riegan con agua reutilizada proveniente de plantas depuradoras, como en el caso de Alicante, que además incluye un sistema de riego por goteo programado para un mayor aprovechamiento de los recursos hídricos.
"Al principio utilizábamos agua potable para el riego de los campos. Éramos el primer consumidor de agua potable de la provincia de Alicante y vimos que era insostenible. Optamos por la utilización de aguas reutilizadas, tanto para la explotación agrícola como para la industrial", ha explicado Sempere.
El resultado ha sido la obtención del certificado Global GAP, que reconoce "el uso de buenas prácticas agrícolas y la calidad de los productos" de la explotación agrícola de Alicante, según ha señalado Sempere, lo que "mejora la entrada de los productos en unos de los mercados más exigentes, como es el de Estados Unidos".
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