Bogotá.- Los indígenas del suroeste de Colombia que fueron retenidos la semana pasada por presuntos guerrilleros de las FARC, que asesinaron a por lo menos ocho de ellos suman 120, denunciaron hoy dos asociaciones de aborígenes.
Los rebeldes también regresaron por los niños que se habían quedado solos en los domicilios familiares, pero su número y suerte se desconocen, informaron la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) y la Unidad Indígena del Pueblo Awa (Unipa).
En un comunicado conjunto divulgado en Pasto, la capital departamental de Nariño, región fronteriza con Ecuador y en la que se registraron los hechos, ambas asociaciones ofrecieron detalles de la matanza de ocho awas y la desaparición de otros nueve.
La Onic y la Unipa precisaron que la retención masiva se registró el pasado día 4 en el Resguardo (asentamiento) de Tortugaña Telembí, situado en las montañas selváticas de la localidad de Barbacoas, y la atribuyeron a "hombres armados con distintivos de las FARC".
Los indígenas "fueron llevados amarrados a una quebrada denominada El Hojal de la comunidad (aborigen) El Bravo", agregó el comunicado, que indicó que testigos vieron que los insurgentes asesinaron a "algunas personas con arma blanca".
Los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) regresaron al día siguiente por los niños que se habían quedado solos, pero "no sabemos qué suerte han corrido", según la misma nota.
Las fuentes no indicaron si los retenidos siguen o no en manos de los insurgentes.
Las organizaciones de aborígenes advirtieron de que los lugareños consideran que esta incursión guerrillera es una represalia por el supuesto apoyo que los awas prestaron a tropas militares que ingresaron en sus territorios.
La presencia rebelde mantiene confinados a unos 1.300 indígenas, agregaron la Onic y la Unipa, cuyos dirigentes se reunieron ayer en Pasto, la capital de Nariño, para analizar esta crisis, que tiene antecedentes que se remontan al último decenio, siempre por efecto del conflicto armado interno.
Según ambas asociaciones, desde entonces unos 200 awas han sido asesinados, algunos en cuatro matanzas, en tanto que cincuenta han sido víctimas de minas antipersonas y muchos más han sido detenidos de manera arbitraria, secuestrados, amenazados o reclutados.
La confrontación también ha desatado desplazamientos masivos, incluidos casos de migración transfronteriza, dada la naturaleza binacional colombo-ecuatoriana de la etnia Awa, añadieron las fuentes, que indicaron que estas comunidades también han sufrido bloqueos y sus bienes civiles han sido utilizados de manera forzada por las fuerzas implicadas en el conflicto.
La Onic y la Unipa aseguraron que los hechos de la semana pasada coincidieron con combates del Ejército colombiano con las FARC, que se presentaron los días 5, 6 y 7 de febrero.
Sin embargo, la división militar con sede en Cali (suroeste), que es la responsable de Nariño, ha sostenido que en los últimos meses no se han registrado choques armados en los 24.960 hectáreas que conforman el asentamiento de Tortugaña Telembí.
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