Santander.- Los médicos que examinaron al hombre con trastorno mental que en marzo de 2008 mató a su padre en Muriedas (Camargo) alertaron, con carácter previo a que recibiera el alta y tres meses antes de ese suceso, de la peligrosidad y del "elevado riesgo" que había de que tuviera una conducta violenta.
Las dos médicos del Instituto de Medicina Legal de Cantabria han declarado esta mañana en la sección primera de la Audiencia de Cantabria, que hoy ha juzgado a José Alberto DP.H., acusado de matar a su padre y de herir a su hermana, y que unos años antes había asesinado a su madre.
Las dos médicos, que han declarado como peritos, han explicado que habían seguido la evolución del acusado desde tiempo antes del suceso, porque tiene un trastorno mental crónico y además había sido ingresado por un episodio violento con su padre.
Como consecuencia de ese ingreso y a requerimiento del Ministerio Fiscal, las peritos acudieron al Hospital Marqués de Valdecilla para informar sobre su estado con carácter previo a su alta médica. El acusado fue dado de alta el 5 de enero de 2008 y mató a su padre el 1 de marzo.
Las especialistas han señalado que José Alberto DH.P. padece una esquizofrenia paranoide, que estaba focalizada en su padre, además de un trastorno de personalidad con "aires de grandeza", megalomanía y delirios y alucinaciones.
Han considerado que los hechos cometidos por José Alberto DH.P. están "íntimamente relacionados" con su patología y con un estado "de absoluta perturbación mental".
Han destacado la frialdad "absoluta" del acusado, que no muestra sentimiento de culpa e, incluso, busca "otros culpables", en sus padres.
Las peritos han considerado que el acusado tiene una tendencia "de progresivo deterioro" en su estado mental y que padece un trastorno crónico en el que "todos los factores de evolución hablan de un riesgo elevado de agravamiento".
Han declarado que José Alberto DH.P. cuenta con una larga historia clínica, que se remonta a 1989, cuando tuvo su primer ingreso por episodio psicótico. Ocho años más tarde mató a su madre.
El acusado ha manifestado que cuando sucedieron los hechos no tomaba la medicación que tenía prescrita y ha explicado que no había podido, ya que antes de trasladarse a casa de su hermana había estado viviendo en la calle.
Ha afirmado que recordaba cómo cogió el cuchillo pero no la agresión a su padre, y ha declarado que la relación con él y con su hermana no fue buena en esos días en el domicilio, porque no le trataban de forma correcta con "insultos" y "vejaciones".
Además, se ha quejado de que no ha tenido derecho "a una defensa eficaz" porque, según ha dicho, su abogado no le ha preparado para el juicio ni las diligencias previas.
La hermana de José Alberto DH.P. ha aseverado que acogió a su hermano en casa, después de que fuera dado de alta, porque estaba en la calle y enfermo.
Ha resaltado que el día que ocurrieron los hechos no vio a su hermano "normal" y le vio "diferente", muy callado y con una mirada "rara".
Ha relatado que cuando llegó su padre su hermano salió del salón y se quedó a oscuras en el pasillo. Ella le preguntó qué le sucedía y fueron a la cocina para hablar, en donde José Alberto DH.P. la agredió con un cuchillo.
El padre acudió en su auxilio al escuchar sus gritos y se quedó solo con el acusado, momento que aprovechó ella para pedir ayuda por teléfono y escapar por una ventana.
Los guardias civiles que acudieron a la casa explicaron que el acusado salió de la habitación con las manos llenas de sangre y una maleta, que inmediatamente dijo que había matado a su padre y se entregó sin ofrecer resistencia.
El forense que examinó el cuerpo del padre ha señalado que tenía más de veinte heridas de arma blanca, algunas de ellas sobrepuestas y con hematomas. Varias de ellas pudieron ser mortales.
La fiscal considera que José Alberto DP.H. es autor de un delito de homicidio y otro de lesiones, con el agravante de parentesco, con la eximente completa de enajenación mental.
Pide 20 años y seis meses de ingreso en un centro psiquiátrico-penitenciario y que José Alberto DP.H. indemnice a los herederos de su padre con 56.864 euros y a su hermana con 1.452 euro, por las lesiones y las secuelas que la ocasionó.
La acusación particular cree que los hechos deben considerarse un asesinato y no un homicidio y pide que el acusado ingrese en un centro psiquiátrico durante 28 años.
La defensa ha solicitado la libre absolución al entender que José Alberto DP.H. no sería imputable por su estado mental.
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