El juez Garzón ha lanzado hoy una imputación masiva contra otras 34 personas presuntamente vinculadas en la trama de corrupción que ya ha salpicado directamente a algunos cargos vinculados al Partido Popular. Se trata de una trama muy desperdigada, tanto en el número de empresas implicadas como por su distribución territorial, pero que confluye en un punto: la boda entre Ana Aznar y Alejandro Agag. Y es que en aquel polémico enlace se dieron cita —y hasta compartieron mesa— varias de las personas que se han visto salpicadas por el escándalo. De este modo, el apellido Aznar (aunque esta vez sea en la persona de su hija Ana) aparece vinculado a un proceso al que ahora tendrá que enfrentarse Mariano Rajoy.
Aquella boda, celebrada en el monasterio de El Escorial, presidida por los Reyes y a la que acudieron bastantes jefes de estado, levantó mucha polémica por sus excesos, propios de una boda real, con más de 400 invitados y 24 testigos. De hecho, algún medio como 'El País' sitúa en el 5 de septiembre de 2002, fecha de la boda, el comienzo "del final de la era de Aznar en el PP", lo que revela el simbolismo de la celebración.
Entre los nombres que hoy han aparecido implicados en la trama se encuentra el de Jacobo Gordon, quien se ha convertido en el segundo testigo del enlace Aznar-Agag que se ve salpicado por el caso. El primero fue Francisco Correa, quien está considerado como cerebro de la trama y amigo personal de Alejandro Agag. Cuando esta relación salió a flote, el propio Agag negó a elmundo.es toda "vinculación empresarial o comercial" con Francisco Correa. "Es cierto que fue testigo de mi boda, hace siete años, a propuesta mía y que he tenido una relación larga de amistad con él, pero hace ya mucho tiempo que no hemos tenido contacto", añadió Agag.
En el caso de Jacobo Gordon, son variadas las informaciones sobre la estrecha relación que mantenía con el yerno de Aznar. Por ejemplo, Público escribía que "en 1993, Agag, Gordon y otros dos compañeros de universidad montaron una sociedad denominada Natko", dedicada a la explotación de juegos de 'paint-ball'. "La compañía nunca llegó a funcionar, pero 14 años después Agag se acuerda de Gordon para que suscriba algunas acciones en sus aventuras empresariales, ahora sí exitosas", aseguraba hace más de un año el diario que ahora dirige Félix Monteira.
Pero la relación entre los imputados por Garzón y aquella boda no se agota aquí. Álvaro Pérez, que trabajó como organizador de eventos del PP y está imputado como responsable de la empresa 'Orange Market', también fue otro de los invitados a aquella boda. Los periodistas Carlos Ribagorda y Nacho Cardero llegan a asegurar que Álvaro Pérez fue incluso el encargado de organizar la boda de la hija del ex presidente Aznar. Pues bien, el propio Álvaro Pérez compartió entonces mesa, según escribe 'El Confidencial', con Francisco Correa y con Alberto López Viejo, el consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid que presentó ayer su dimisión por estar presuntamente relacionado con algunas de las empresas que están siendo objeto de la investigación de Garzón. En la famosa boda también estuvo invitada María del Carmen Rodríguez Quijano, esposa de Correa, en libertad con cargos por el caso y ex jefa de gabinete del antiguo alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, que hoy también ha sido imputado. Más de uno se preguntará entonces: ¿De que se habló en aquella mesa en la boda de Agag?
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