MADRID.- En los próximos meses, se podría dar la paradoja de que los carteles que nos den la bienvenida a alguno de los miles de pequeños pueblos que tiene España sean aquéllos que anuncian el empleo de fondos estatales para financiar las obras, y que estos carteles hayan costado más que la propia obra.
La Resolución de 13 de enero de 2009, de la Secretaría de Estado de Cooperación Territorial exige, en su apartado 8º, la instalación de un cartel anunciador "desde el inicio hasta, al menos, la finalización de la obra financiada", y en el apartado 6º recoge la obligatoriedad de adjuntar a la documentación necesaria para justificar la inversión, una fotografía de este cartel que pruebe el cumplimiento de las obligaciones sobre la publicidad de las obras. Es decir, que no hay manera de librarse, porque la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, ha dejado bien claro que supondría la retirada de los fondos.
Lo que no estipula esta estricta normativa es el coste, que queda a la 'voluntad' de las empresas que los fabrican. Sin embargo, ya ha habido quien le ha colocado un precio medio: 1.500 euros. La encargada de levantar la liebre sobre el coste de estos carteles ha sido la alcaldesa valenciana, Rita Barberá, aunque después el presidente de los populares, Mariano Rajoy, ha asumido su discurso.
Según Salgado, el Gobierno se hará cargo de su coste en el caso de ayuntamientos con menos de 200 habitantes, "y el resto los pagarán los adjudicatarios de la obra". Además, asegura que "hay ofertas de 500 euros por cartel".
Nosotros hemos preguntado a una empresa especializada en este tipo de cartelería en vallas que, aprovechando la tesitura, ya se anuncia en Google como "Carteles Plan E". "Con los tiempos que corren, hay que echarle imaginación y buscar el negocio, y hemos querido adelantarnos, porque seguramente tengamos mucha competencia con este plan", explica José Gil, comercial de la empresa Poli Rotulació. Así, esta compañía está preparando un dossier para enviar a las administraciones pertinentes con un detallado presupuesto del coste de fabricación y colocación de estos carteles. "Con la cantidad de carteles que se van a necesitar, el negocio puede ser rentable", comenta Gil.
Nos han proporcionado las cifras y, echando cuentas con el presupuesto que nos han dado, el resultado es que el coste de un cartel supera los 1.200 euros sin contar el IVA. Éstos son los números:
La normativa de creación y colocación de los carteles es muy estricta. En la Resolución a la que nos referíamos antes se estipula que éstos deberían ubicarse "en el exterior de la obra, en sitio visible y, preferentemente, en la fachada o en el cerramiento". En el supuesto de que la obra tenga varias ubicaciones, "se elegirá la de mayor importancia", dice el texto. En los municipios de menos de 200 habitantes, "valdrá con un único cartel a la entrada del pueblo, donde se especifique la obra de mayor cuantía presupuestaria".
Los carteles serán horizontales y medirán 4 metros de largo por 3 de alto. Serán de aluminio o de acero galvanizado, de 1,8 mm de espesor, y la rotulación irá en un vinilo adhesivo recortado por ordenador o serigrafía. El diseño deberá realizarse en formato Freehand, especifica el Reglamento.
Según la empresa de rotulación a la que hemos consultado, habitualmente este tipo de cartelería se fabrica en aluminio de 0,8 mm de espesor (un milímetro menos de lo que estipula el Ministerio), por lo que "las empresas que fabrican estos materiales han tenido que crear un modelo nuevo para adaptarse a estas medidas", comenta Gil.
Otro fallo que esta compañía especializada encuentra en las especificaciones del Ministerio es el relativo a la cantidad de acero galvanizado que debe emplearse para cubrir los tubos que sujeten el cartel cuando éste se fije al suelo. La Resolución estatal estipula que, en estos casos, "la fijación consistirá en dos tubos de acero de 2,5 mm de espesor galvanizado con recubrimiento de 7 mm". En este caso, el comercial de Poli Rotulació cree que ha habido "un error tipográfico", y que en realidad se trata de 7 micras, que es lo habitual, mientras que 7 mm sería "una barbaridad", afirma.
En cuanto a los 500 euros que la ministra asegura puede costar un cartel de este tipo, Gil asegura que "están muy lejos de la realidad". "Ésa es la cantidad que puede cobrarte el fabricante de las lamas de aluminio para montar el cartel —asegura—, pero luego hay que montarlas, hacer el vinilo, imprimirlo, colocarlo, embalarlo y enviarlo, y eso lleva un coste". Y para afianzar su posición, Gil añade que "sólo la caja de madera en la que se transporta el cartel para que no se estropee durante el viaje y la manipulación "cuesta 30 euros".
En su opinión, los 1.500 euros de los que hablaba Barberá "no distan mucho de la realidad". Por lo que el gasto de más de 30 millones de euros a los que se refería la alcaldesa de Valencia no andaría muy desencaminado.
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