Audrey Hepburn y el cine clásico toman Granada

Granada es una ciudad de invierno. No es algo que diga yo, sino una verdad que se refleja en las calles (desiertas en los meses de más calor). Hasta ahora, el principal atractivo de la provincia en los meses de frío había sido Sierra Nevada (para los que esquíen, claro), pero no es raro que si visitáis estos días la ciudad de la Alhambra terminéis sentados frente a una pantalla de cine viendo una película en blanco y negro.

Granada acoge la primera edición de Retro Back, un festival de cine dedicado a los clásicos internacionales que está de estreno. Durante una semana larga (hasta el 1 de febrero), más de 60 títulos retomarán la gran pantalla para devolvernos a las raíces del séptimo arte en una iniciativa única en su género. Además se podrá disfrutar de obras que nunca llegaron a ver la luz, recuperadas para la ocasión, o versiones completas de filmes recortados por la censura, toda una fiesta para los amantes del cine que no ha hecho más que empezar.

Como todo festival que se precie, éste cuenta con sus estrellas, algunas vivas y otras ya desaparecidas, caso de la diva de esta primera edición: Audrey Hepburn. En una acertada maniobra de marketing, uno de los rostros más emblemáticos de la pantalla, se ha convertido en la imagen-reclamo de la cita, que cuenta con una sección dedicada por entero a la carrera de la actriz, además de exposiciones en las que se recogen las parejas que acompañaron a la estrella en el celuloide (decorando una de las calles más bonitas de la ciudad) y objetos personales de la Hepburn (vestuario de Desayuno con diamantes y Sabrina, correspondencia con Truman Capote y Gary Grant y dos Oscar, entre otros).

La siempre rentable Audrey ha servido, sin lugar a dudas, de puente entre el público masivo y este festival de corte minoritario que, sin embargo, ha sido recibido por los espectadores con los brazos abiertos. En las taquillas del Teatro Isabel la Católica, sede del evento, el sábado se podía leer que las entradas para la gala de inauguración se habían agotado. Más de 500 personas acudieron anoche a una cita de lujo en la que se aunaron el cine, la música, el pasado y el presente de la mano de Mónica Mancini, hija del famoso compositor Henry Mancini (autor de bandas sonoras míticas como la de la Pantera Rosa), que, junto a su banda, interpretó las creaciones de su padre en clave de Jazz. De hecho, no es la única "hija de" que participa en la cita. El primogénito de Audrey, Sean Hepburn, también se ha dejado ver ante la prensa en distintos actos y promete estar hasta la gala de clausura del festival. Mientras tanto, otros mitos, pero éstos vivos, como Dario Argento, Pupi Avanti y Caroline Munro (chica Bond) también han confirmado su asistencia. Mientras tanto, serán unos más, paseando por Granada, llenando sus calles del glamour de la época dorada de Hollywood, tomando un café... quizás coincidas con ellos en una tetería.

La iniciativa es sin duda un balón de oxígeno para el maltrecho panorama de los cines en la ciudad sureña, donde cada vez quedan menos salas en las que encontrar proyecciones fuera del circuito comercial. La versión original es una rara avis aquí, más aún después del cierre de los cines Aliatar y del fin de las míticas sesiones de Granada10 (un teatro-discoteca en el que podías ver películas alternativas sentado en un sofá dorado y con barra de bar funcionando a apenas unos metros de ti).

Tan sólo el Madrigal resiste a la competencia de los macrocines con todas las comodidades y muy poco (o ningún) encanto, con sus carteles pintados y su única sala, algo que lo ha convertido en el refugio de los nostálgicos. De hecho, la sede oficial de Retro Back es un teatro, el Isabel la Católica, escenario de excepción que ya cuenta con experiencia en esto de las proyecciones de cine (es también la sede del Festival Internacional de Jóvenes realizadores, con 15 ediciones a sus espaldas), complementado con dos salas de Cinema 2000 y el aula magna de la Facultad de Ciencias (normalmente espacio del Cineforum Universitario): pantallas para todos los gustos y oferta suficiente para que nadie se quede en casa a pesar de la lluvia.