Lo había prometido durante la campaña electoral y ha sido lo primero que ha hecho al llegar a la Casa Blanca. Barack Obama ha firmado el cierre de Guantánamo. La noticia es, sin duda, un paso a favor de los derechos humanos, pero no acaba con el problema. De hecho, una vez que Obama ha movido ficha es el momento de pensar en todos los presos que no están acusados de ningún cargo y que, por lo tanto, no permanecerán detenidos en territorio estadounidense. Muchos de ellos no podrán volver a sus países de origen, donde podrían ser perseguidos. La anterior administración pidió ayuda a la UE para que se hicieran cargo de los presos pero ¿estará dispuesto el Viejo Continente a cargar con ese 'muerto'?
Por el momento, el nuevo presidente de EEUU no ha hecho ningún llamamiento a los gobiernos europeos —que tanto han presionado para que se cerrara la prisión— pero que estos países acojan a algunos de los reclusos que no pueden ser juzgados podría ser parte de la solución. Se calcula que, en la actualidad, hay cerca de 250 presos en Guantánamo, muchos de los cuales no pueden volver a sus respectivos países por motivos de seguridad. Ésos son los que podrían acabar en suelo europeo puesto que otros sí podrán ser juzgados por acusaciones de terrorismo. El proceso que se seguirá con ellos está todavía por determinar pero algunos países ya se han pronunciado.
Este es el caso de Francia, Reino Unido y Alemania. Aunque en su conjunto, los países de la UE consideran que "no es urgente" responder a la petición de Obama de acoger presos de Guantánamo y de momento van a estudiar un marco jurídico y político común europeo, en el que después cada nación decidirá cómo actuar.
Paisley Dodds, periodista de AP que se ha especializado en Guantánamo recordaba hace unos meses la indiferencia que mostraron los países europeos menos Albania al llamamiento de Estados Unidos para que acogieran a presos recién liberados de Guantánamo. Claro que en esos tiempos ni siquiera se había planteado la posibilidad de cerrar la prisión militar, por lo que muchos gobiernos prefirieron desvincularse de unas acciones militares consideradas como una aberración en todo el mundo.
Esta vez es diferente. Tras años criticando —con más o menos tibieza— lo poco que se sabía de lo que ocurre dentro de la base norteamericana en Cuba, Europa no podía menos que reaccionar al esperado gesto de Obama de acabar de una vez por todas con la cárcel que tantas críticas le ha costado a Estados Unidos. Así, mientras el Gobierno de París ha indicado que examinará "caso por caso", el de Londres intenta conseguir la liberación de dos prisioneros, y en el de Berlín el tema ha desencadenado un rifirrafe entre el ministro del Interior y el de Exteriores, que se disputan las competencias. En Suiza la situación es parecida. Aunque las autoridades no se han pronunciado, la posibilidad de acoger a presos de Guantánamo, ha dividido a los políticos y a la opinión pública
"La disposición a considerar la aceptación de prisioneros que no puedan retornar a sus países de origen por temor a que sean torturados representa un cambio mayor de la actitud de los gobiernos europeos" aseguraba a finales de 2008 The Washington Post. Según el diario norteamericano hasta 12 países estarían dispuestos a tender una mano a Estados Unidos, y por tanto a Barack Obama.
Las autoridades alemanas admitieron hace unas semanas que están estudiando aceptar a algunas de estas personas en su territorio, aunque su decisión final no se conocerá hasta ahora, ya que la condición sine qua non para dar el sí era que Bush dejara la Casa Blanca. "El Gobierno de Bush produjo el problema", observaba Karsten Voigt a cargo de coordinar la cooperación con Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, según el Post. "Con Obama la diferencia es que él trata de resolverlo", aseguró Voigt. El pasado mes de diciembre Portugal también se había declarado dispuesto a acoger a estos presos y había alentado a otros países europeos a que hicieran lo mismo.
España aún no ha dejado claro si dará asilo a alguno de estos presos. Ayer, al conocerse que Obama había ordenado suspender temporalmente los juicios, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos aseguró que España estudiará "caso por caso, cuando la Administración de Justicia de EEUU nos diga la situación legal, el origen de la detención, de esa situación de cada uno de los combatientes ilegales, para que luego España, defendiendo el marco jurídico internacional, asuma su responsabilidad".
Los Países Bajos también se han manifestado al respecto, pero para negarse rotundamente a acoger presos que hayan permanecido en la cárcel de Guantánamo. En su opinión, si alguien debe acogerlos es el país que creó el problema desde el primer momento. El Ejecutivo holandés cierra la puerta a esta posibilidad alegando que "si no deben ser juzgados pero no pueden volver a sus propios países es primero responsabilidad del país que los arrestó y los puso en prisión: Estados Unidos". Desde Exteriores de este país aseguran no obstante, que Holanda está dispuesta a ayudar en una reflexión sobre los medios para "garantizar un proceso justo a aquellos que deban ser juzgados".
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