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La convulsión del senador Edward Kennedy es la nota triste en el gran día de Obama

EFE
Actualizado 21-01-2009 00:26 CET

Washington.-  La convulsión que sufrió el senador Edward Kennedy y que lo mandó de emergencia al hospital, empañó hoy la serie de celebraciones por la investidura de Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos.

Kennedy, de 76 años, que padece de un tumor cerebral, sufrió una convulsión durante un almuerzo inaugural en el salón Rayburn del Capitolio, lo que puso la nota triste entre los comensales.

No es la primera vez que Kennedy sufre convulsiones tras su operación en junio de 2008 para extirparle el tumor cerebral, pero el incidente ensombreció el almuerzo que tradicionalmente se celebra después de la jura.

Recién investido como presidente, Obama se encontraba saludando a los invitados y acudió al lado de Kennedy cuando lo vio desplomarse, aseguró a los periodistas el senador demócrata Jay Rockefeller.

Más adelante, Obama elevó plegarias por la salud de Kennedy, al recordar que el senador, un icono del ala liberal del Partido Demócrata, "estuvo allí cuando se aprobó la ley de los derechos civiles y, junto con John Lewis, fue un guerrero de la justicia".

"Estaría mintiendo si no dijera que, ahora mismo, una parte de mí está con él. Y creo que lo mismo es cierto para el resto. Es un momento de júbilo, pero también de reflexión. Mis oraciones van para él, para su familia y para (la esposa de Kennedy), Vicki", dijo Obama.

Otros senadores que fueron testigos del incidente indicaron que Kennedy nunca perdió el conocimiento y que, al ser trasladado en camilla a la ambulancia, parecía en buen estado de ánimo.

El senador republicano Orrin Hatch, dijo a los periodistas que pasaron "mucho miedo" por el ataque convulsivo de Kennedy, pero expresó confianza en que lo superará.

"Nunca perdió el conocimiento y cuando entraba en la ambulancia, me dio esa sonrisa irlandesa suya... me parece que va a estar bien, pero pasamos mucho miedo", dijo Hatch.

El senador Christopher Dodd aseguró que, al entrar en la ambulancia, Kennedy le dijo: "estaré bien, nos vemos más tarde".

El senador demócrata de Massachusetts fue trasladado a un hospital local, donde se encuentra bajo supervisión médica y a la espera de resultados de varios análisis.

Lo acompañaron su esposa, Vicki, y su hijo, el legislador demócrata de Rhode Island, Patrick Kennedy, quien dijo a la cadena televisiva ABC que su padre "estará bien".

Kennedy apostó por Obama desde el inicio de las primarias, cuando aún no estaba claro si éste o su rival demócrata entonces, la senadora Hillary Clinton, se alzaría con la candidatura presidencial del partido.

Obama "es un hombre con carácter y talentos de liderazgo extraordinarios", aseguró Kennedy al anunciar su apoyo a Obama el 28 de enero de 2008 durante un concurrido acto en American University en Washington.

Con Barack Obama en la Casa Blanca, agregó entonces, se acabarán las políticas de las distorsiones y del divisionismo entre las razas, etnias y géneros.

El codiciado espaldarazo de Kennedy tuvo, a todas luces, un impacto decisivo en la campaña electoral de Obama.

Kennedy llegó al Senado en Washington, en 1962, siguiendo los pasos de sus hermanos Robert y John, al que sustituyó en el escaño cuando éste ganó la presidencia.

Desde esa década, se ha destacado por enarbolar las causas más progresistas del Partido Demócrata, ganándose el respeto de iguales y contrarios por marcar un tono bipartidista y la búsqueda de consenso en el Senado, como fue el caso con la reforma educativa.

Entre las causas que ha patrocinado figuran el aumento al salario mínimo y la reforma del sistema de inmigración que, pese a su espaldarazo, fracasó en el Senado en medio de pugnas partidistas.

El pasado 17 de mayo, Kennedy sufrió una convulsión y fue trasladado a un hospital en Boston, donde los médicos le dieron la mala noticia sobre un tumor canceroso que le descubrieron en el cerebro.

Fue sometido a una cirugía en junio en el Centro Médico Universitario de Duke y, pese a un delicado período de convalecencia, dio un emotivo discurso durante la apertura de la convención demócrata en agosto pasado en Denver (Colorado).

En esa ocasión, Kennedy prometió que estaría presente el 20 de enero en Washington para ser testigo, junto a millones de personas, de la investidura de Obama.

También el decano del Senado, Robert C. Byrd, de 91 años y que padece del mal de Parkinson, fue retirado del salón al registrar problemas de salud no especificados pero su personal asegura que ya se encuentra bien.

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