La salvación de los palestinos se atasca en la frontera con Israel

Ahora que las bombas no sacuden Ciudad de Gaza y que la población tiene que plantearse recuperar lo que queda de su vida anterior a la invasión, llega el momento de hacer balance y empezar a socorrer a los miles de heridos. Sin embargo, la fragilidad de la situación y el bloqueo que mantiene Israel hacen difícil la tarea: las ONG esperan en la frontera el momento en el que se permita el paso de ayuda humanitaria porque, la que consigue entrar en la Franja, lo hace con cuentagotas.

Tina Miñana ha conseguido llegar hoy mismo hasta Ciudad de Gaza. Es miembro de uno de los escasísimos equipos que han logrado entrar en la Franja aunque lo han conseguido después de muchos días de espera y burocracia. "Teníamos autorización para entrar por el norte pero Israel no permitía el paso así que finalmente lo hemos hecho por el cruce de Rafah (al sur, frontera con Egipto)". Su equipo, perteneciente a Médicos del Mundo, consiguió la entrada en la Franja el sábado pero hasta hoy no ha llegado a la capital. Allí han acudido rápidamente a los hospitales, donde han comprobado que el panorama era tan desolador como se esperaban: los servicios médicos están saturados por los heridos que han dejado los bombardeos. Según los datos que aporta la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos), son 5.320, de los cuales 1.855 son niños y 795 son mujeres. Probablemente, muchos de ellos acabarán engrosando la cifra de víctimas mortales que, según la ONU, es de 1.300 palestinos.

La entrada de material médico y de bienes de primera necesidad son los principales objetivos de las organizaciones que trabajan (o intentan trabajar) en Gaza. Por el momento, la entrada de ONG es mínima y toda la ayuda se gestiona a través de la Cruz Roja Internacional, la UNRWA, la Media Luna Roja y el Programa Mundial de Alimentos. "Pero hay muchos otros equipos que están preparados para empezar a trabajar en cuanto se les deje. Están en las fronteras, con todo el material pero el flujo de ayuda es muy limitado", cuenta Alberto de Castro, de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo.

Desde que se inició el conflicto, se ha repetido hasta la saciedad la petición de que Israel respetara el derecho humanitario de asistencia a las víctimas. Diez días después de que comenzaran los bombardeos, el gobierno judío anunció una tregua de tres horas diarias y la apertura de un corredor humanitario durante este tiempo, lo que dio un poco de aliento a una población donde tanto los alimentos como las medicinas escaseaban. "Lo cierto es que, a pesar de que difícil situación que nos hemos encontrados, tenemos la impresión de que llegamos a un lugar en el que hace unas semanas éramos más necesarios. Los primeros días tuvieron que ser horribles", confiesa Tina Miñana. La asistencia médica se vio reforzada por equipos de profesionales que consiguieron entrar a través del paso de Rafah pero la entrada de material humanitario se vio drásticamente reducida.

La prioridad, los refugiados

Pese a que el número de heridos sea tan elevado, el principal objetivo de las organizaciones humanitarias son los refugiados. "En estos momentos nos estamos ocupando de más de 50.000 desplazados que se habían refugiado de los bombardeos en instalaciones de la UNRWA", cuenta Raquel Martí, directora ejecutiva de este organismo en España. Muchos han intentado regresar a sus hogares a raíz del alto el fuego, sin embargo, buena parte de ellos han tenido que regresar buscando el amparo de la UNRWA tras descubrir que sus casas habían quedado destruidas por los bombardeos. "Muchos están alojados en escuelas y eso impide que podamos retomar las clases y eso tampoco ayuda a que los niños recuperen la normalidad".

"Ahora mismo, el 100% de los palestinos de Gaza depende de la ayuda humanitaria porque, además de los bombardeos, no hay que olvidar que la población lleva aguantando mucho tiempo el bloqueo. No sólo no llega material sino que hace mes y medio que no se permite que llegue dinero en efectivo, así que nadie puede comprar lo poco que hay en las tiendas", explica Martí.

Las reglas del juego

Teniendo en cuenta que el alto el fuego no ha sido pactado sino que se trata de dos declaraciones unilaterales que exigen condiciones diferentes, muchos temen que los bombardeos se reinicien en pocos días. "Ademaś de la gestión de la crisis humanitaria, está la reconstrucción de Gaza pero ahora mismo es algo que apenas nos podemos plantear porque la paz es muy frágil. Y todos sabemos cómo están las cosas en la zona". Con estas palabras, Alberto de Castro se refiere a una percepción que comparten el resto de organizaciones consultadas: nadie se fía de lo que pueda hacer la otra parte.

"La legalidad internacional y las reglas del juego se han roto demasiadas veces en este conflicto y un ejemplo es la violación del derecho de atención a las víctimas", cuenta Ignacio Martín, jefe de la oficina de Acción Humanitaria de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo). Acaba de regresar de Jerusalén, desde donde ha podido comprobar que "no se trata sólo de la entrada de material sino que toda la cadena de la ayuda humanitaria ha quedado muy dañana: el almacenamiento, la distribución, la seguridad de los cooperantes...".

Además de la necesidad de ayuda por parte de las víctimas, el bloqueo de Israel tiene otro daño colateral. "Los profesionales empiezan a sentir frustración. Esta vez no se trata de un conflicto olvidado para el que haya que pedir ayuda sino que esa ayuda existe pero no pueden hacer nada con ella. Estamos preparados para encontrar una situación terrible pero lo pero es no poder atenderla", incide Ignacio Martín. Y lanza una pregunta: "¿Vamos a poder llevar a cabo nuestro trabajo de manera libre o vamos a tener que estar subordinados a algunas condiciones? ¿Quién se va a encargar de organizar las nuevas reglas del juego de la ayuda humanitaria?"