… pero Louis Vuitton un poco más, concretamente su Director Creativo, Marc Jacobs. Y es que hoy se pone a la venta en todas las boutiques de la casa francesa una nueva colección llamada We Love Sprouse, dedicada a la obra del artista urbano Stephen Sprouse. Este lanzamiento coincide con una exposición y con la edición de un libro, ambos dedicados a su obra; para celebrar tanto homenaje se celebró hace unos días en Nueva York uno de los fiestones del año, de esos repletitos de celebrities híper modernas y con la actuación de una de las musas y amigas de Sprouse, Blondie. Puede que ni en nuestros mejores sueños nos podamos permitir una prenda de esta colección, pero no está de más recordar la influencia de este visionario en la moda y en la cultura popular.
De hecho, no es la primera vez que la mano de Sprouse pasa por Vuitton. Desde que Marc Jacobs llegara a sus oficinas en 1997, se ha preocupado de quitar ese tufillo a rancio del mítico logo Monogram con colaboraciones que lo actualizaran y pusieran un poco los pies en la tierra. Una de ellas fue en 2001 con Stephen Sprouse, que llenó de graffitis una colección de bolsos, pintando con colores/A> directamente sobre la piel. Esta línea fue un éxito absoluto y se agotó casi al instante, siendo sus piezas hoy casi objetos de coleccionista.
¿Por qué Jacobs tuvo el buen tino de contar con Sprouse para un trabajo tan arriesgado? Este artista no era un desconocido en la escena neoyorquina, sino todo lo contrario. Se crió a los pechos de Warhol en la Factory, y en los 80 se convirtió en un afamado diseñador de moda cuyas prendas se caracterizaban por su colorido vibrante, la influencia del graffiti pop y por el uso del neón. Consiguió abrir su propia boutique en la ciudad de los rascacielos donde vendía sus creaciones y sus colaboraciones con otros artistas, aunque cerró en 1988. Sprouse no tenía precio como creativo, pero no sabía encajar tanta creatividad con un espíritu comercial que le proporcionara un colchón económico. Cabe destacar que una de sus clientas y musas fue Debbie Harry.
En los 90 se dedicó a lanzar pequeñas colecciones cápsula para grandes almacenes en ediciones extremadamente limitadas que se vendían a precio de oro. Siempre se mantuvo activo y realizando colecciones más o menos comerciales, y su trabajo siempre ha sido apreciado por el mundo de la música, de la fotografía y, por supuesto, de la moda. Su labor como artista urbano, capaz de fusionar el glamour con un arte como el graffiti resultó enormemente vanguardista en su día, aunque hoy nos pueda parecer una banalidad.
Stephen Sprouse murió en 2004 de un fallo cardíaco, dejando su segunda colaboración con Vuitton a medias. Marc Jacobs le dedicó el desfile de otoño-invierno 200-2007, donde recuperó sus influencias graffiteras y un estampado de leopardo que el artista había diseñado y que ha hecho furor estas temporadas.
Ahora, en 2009, llega We Love Sprouse, donde se recupera una vez más el carácter visionario del artista. En esta colección hay bolsos, pequeños artículos de marroquinería, textil, espectaculares gafas de sol, calzado, y accesorios de toda índole, todos ellos tocados por la varita mágica y fluorescente de la influencia de Sprouse. Puede parecer un momento poco apropiado para recuperar el flúor –en plena crisis y con esta tendencia recientemente pasada de moda-, pero sí que tiene sentido cuando se trata de homenajear a un artista que fue pionero en este estilo.
Además de esta colección, la obra de Sprouse también revive a través de una exposición titulada Rock on Mars recién inaugurada en una galería neoyorquina. En ella también se revive su espíritu futurista y revolucionario a través de la muestra de prendas, fotografías y montajes varios. Cómo no, Louis Vuitton es patrocinador de este evento. Y, para completar, también se ha publicado el libro The Stephen Sprouse Book, editado por los hermanos Padilha, que tienen la mayor colección privada de objetos del creador. Para más información de la exposición, que permanecerá hasta el 28 de febrero, y de este libro, podéis pasar por aquí.
Y ya que andamos con las colaboraciones de Vuitton con sujetos aparentemente poco afines a la marca, merece la pena recordar la de Takashi Murakami, todo un éxito de crítica y público (e imitaciones), o la más reciente del rapero Pharell Williams diseñando toda la colección de joyas. También Sofía Coppola ha creado bolsos y zapatos para la mítica casa. Y la próxima en llegar será la de Kanye West que presentará en julio de este año su primera línea de calzado con la firma francesa. ¡¿Kanye West?! Palabra de Marc Jacobs que funciona…
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