Ayer conocimos el grupo de esculturas que un 'artista' checo ha logrado colocar en el Consejo Europeo, en las que, a base de estereotipos, ironiza sobre los 27 países de la UE —colando un gol por la escuadra a la presidencia checa de turno de la UE—. Por ejemplo, la obra dedicada a España consiste en una especie de mural cubierto de cemento. Por su parte, la obra relacionada con Francia no es más que una silueta del país cubierta por una tela en la que se lee la palabra "grève!" o, lo que es lo mismo, "¡huelga!".
Hay que reconocer que los estereotipos, si bien suelen ser generalizaciones insoportables, en muchas ocasiones reflejan un buen pedazo de realidad social (¿acaso tenemos derecho a quejarnos los españoles cuando representan nuestro país como un manto de cemento?). En lo que se refiere a los franceses, hay algunas peculiaridades que apuntan a cierta propensión (histórica) a la huelga. De hecho, durante un tiempo llegó a funcionar un blog en el que se colgaban preavisos de las huelgas que iban a celebrarse a lo largo y ancho del país. Si bien la vida de esta página fue bastante breve, su mera existencia no deja de ser sorprendente y sintomática. Entre las diferentes entradas que aún pueden leerse, aparece una que advierte sobre la celebración de una huelga de jueces. ¿Cómo? ¿Una huelga de jueces? ¿En el país de Montesquieu?
Ahora que la huelga de jueces se ha convertido en protagonista de la ultimísima batalla judicial española, es un momento idóneo para acudir a los versados y curtidos justicieros galos en busca de asesoramiento en materia huelguista. "Nosotros nos hemos sumado a una huelga generalizada de sindicatos que va a celebrarse el próximo 29 de enero. Y el pasado 20 de marzo hicimos también otra", nos cuenta con total naturalidad David de Paz, representante del 'Syndicat de la magistrature', un sindicato de izquierdas que agrupa al 28% de los magistrados franceses. ¿Y eso no supone una alteración brutal del normal funcionamiento de la sociedad?, nos preguntamos. "Tampoco es algo excesivamente grave. Se establecen unos servicios mínimos, de forma que los casos más urgentes se puedan resolver. Y entre los ciudadanos hay división de opiniones: algunos están a favor de nuestra actitud, y otros no tanto", continúa De Paz.
Legalmente, el derecho a la huelga de los jueces franceses tampoco está del todo claro. Por un lado, la Constitución francesa garantiza el derecho a huelga. Por otro, el artículo 10 del estatuto de los magistrados proclama que "está prohibida toda acción concertada para parar o dificultar el funcionamiento de la jurisdicción". El 'Syndicat de la magistrature' defiende la preponderancia del derecho a la huelga. Sin embargo, la 'Union syndicale des magistrats', que es el sindicato mayoritario al agrupar al 62% de la profesión, hace una interpretación más restrictiva de ese derecho. El presidente de este sindicato, Cristophe Régnard, nos lo explica: "En nuestra asociación no hacemos llamamientos a la huelga, porque somos fieles a nuestro estatuto. Lo único es que celebramos días de justicia muerta, jornadas en las que nuestros asociados no tramitan ningún dossier". Vamos, lo que se ha conocido toda la vida como 'huelga de brazos caídos', a nuestro parecer. Y las autoridades, ¿qué opinan de esto? Si bien hubo algún amago de sanción tras la última huelga celebrada (la del 20 de marzo de 2008), en las ocasiones inmediatamente anteriores (en 2005 y en noviembre de 2007) no hubo ningún tipo de apercibimiento.
Los motivos que llevaron a la huelga a nuestros vecinos togados han sido bastante variados (y algunos también nos resultan familiares a este lado de la frontera). Por ejemplo, según nos ha contado David de Paz, la convocatoria del próximo 29 de enero se debe al sentimiento de que la independencia judicial se encuentra amenazada. Mientras, la que se celebró el pasado 20 de marzo (que no gozó de un amplio seguimiento) se debió a un cambio legislativo que prolongaba la estancia en prisión de algunos presos.
En primer lugar, la ley española resulta tan imprecisa (o más) que la francesa. Para juzgar la legalidad de la huelga en España hay que poner en juego tres aspectos: el artículo 28.2 de la Constitución, el artículo 127.1, y la Ley Orgánica del Poder Judicial (que reconoce expresamente el derecho a huelga de secretarios judiciales y demás personal al servicio de la Administración de Justicia, aunque no dice ni una palabra de si ese derecho corresponde a los jueces). Al no haber un pronunciamiento concreto y específico sobre la cuestión (sino meras referencias bien abiertas a la interpretación), fuentes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) piensan que los jueces pueden aprovecharse de la situación de vacío legal para llevar la protesta adelante. Un hecho significativo es que ni el ministro Bermejo (él habla de "injustificada") ni la portavoz del CGPJ (ella apela a la "responsabilidad de los jueces") se han atrevido a decir que la huelga sea "ilegal".
Otra discusión es si la Justicia, por la trascendencia de sus funciones y al tratarse de uno de los poderes del Estado, debería abstenerse de emprender paralizaciones masivas para no perjudicar al ciudadano y ensuciar la imagen del propio Estado. Sin embargo, ¿qué remedio les queda entonces a los jueces para conseguir mejoras laborales cuando su situación es aparentemente insostenible? Diana Rodríguez, directora del departamento laboral del despacho de abogados CMS Albiñana & Suárez de Lezo, cree que debería de haberse regulado de una vez el derecho a huelga de los jueces (ya que la huelga está actualmente regulada por una Ley de 1977). Pero, en todo caso, considera que, los jueces, aunque "tienen una función importantísima, también tienen derecho a reivindicar sus intereses. Eso sí, debería preverse un ejercicio restringido: servicios mínimos amplios, un plazo mayor de preaviso... No hay razón para prohibir taxativamente la huelga. Eso sí, no estoy de acuerdo con la actual amenaza de huelga que amenaza a la judicatura española, ya que no se han agotado otras vías previas de presión, como las protestas o cualquier tipo de manifestación, sino que se ha ido directa y precipitadamente a la huelga, que es la medida más agresiva".
Si retomamos el caso francés podemos comprobar cómo, a pesar de las constantes huelgas, el sistema judicial ha seguido funcionando, mientras que la imagen del Estado francés tampoco es que haya sufrido un duro revés a causa de las protestas judiciales. Y un último dato. Al ser interrogado sobre qué imagen tiene Francia sobre la Justicia española, David de Paz, representante del 'Syndicat de la magistrature', ha contestado: "Bueno, pues aquí en Francia tenemos la imagen de que en España sólo hay un juez: el juez Garzón".
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