¿El cine es un mundo de hombres? Existe un déficit histórico que aún pesa más de lo que debiera en el terreno artístico, más aún cuando se trata de una disciplina que oscila incansablemente entre el negocio y la creación. El monstruo cinematográfico se ha quitado la máscara y se ha deshecho en reverencias. De Jane Campion o Kathryn Bigelow a Sofia Coppola, todas comparten la ardua tarea de hacer cine, su vértigo. El obstáculo es evidente: son mujeres. Y lo que se antojaba una titánica empresa resultó una soberbia demostración de talento narrativo, rigor cinematográfico y originalidad dramática. Cojan lápiz y papel.
La neozelandesa Jane Campion realizó su primer trabajo fílmico bajo la batuta Hollywoodiense tras el inesperado éxito que le deparó 'El piano'. Palma de Oro en Cannes y tres Óscares de la Academia, incluido mejor guión original. Hasta ahora, ha dirigido tres películas en Norteamérica: 'Retrato de una dama', acusada de esteta y pretenciosa; 'Holy Smoke', un irregular film que supuso el reencuentro con Harvey Keitel tras 'El piano', y ‘En carne viva', un drama erótico-policíaco que quedó en anécdota: filmó el primer desnudo de Meg Ryan en el cine. ¿Se puede pensar que los engranajes del sistema la absorbieron para escupirla con más fuerza? Mantener su particular enfoque, desplazarse entre lo sórdido y lo bello con decisión y honestidad es su verdadera conquista.
Hay cierta autoría también en Kathryn Bigelow y Sofia Coppola. La primera rodea de un halo de suspense casi filosófico todo lo que toca. Claros ejemplos son películas como 'The Loveless', 'El peso del agua' o 'K-19: The Windowmaker'. La segunda, hija del megalómano Francis Ford Coppola, capaz de lo mejor ('El padrino') y de lo peor ('Jack'), parece seguir sus pasos. Entendiendo 'Lost in Translation' y 'María Antonieta', respectivamente, como análogos ejemplos.
Si hubiera un nexo de unión entre las realizadoras actuales ése sería un ahondamiento en relaciones humanas basado en la falta de artificios, de retorcidos mecanismos que persigan captar la atención. Las muestras del entretenimiento más disparatado casi no existen, lo cual constituye una recreación particular de lo cotidiano con diferencias de enfoque y temática respecto a sus compañeros hombres. La madurez suele ser su común denominador. Quizá esto sea debido a una imposición de la industria, que, a falta de garantías y con desconfianza, exige responsabilidad. Y no en el buen sentido. El cine responsable no podrá ser genial nunca por la sencilla razón de que se autolimita, moviéndose entre directrices refritas, ya constatadas que coartan la libertad y el genio. Nadie dijo que fuera fácil.
Desde la comedia más simpática al drama más contenido son muchas las realizadoras que se abren un hueco en la industria a fuerza de talento. Mujeres perseverantes que han sabido encontrar su lugar dentro de la muy testosteronizada meca del cine. Penny Marshall ('Despertares', 'Big'), Nora Ephron ('Algo para recordar'), Jill Sprecher ('Esperando la hora', 'Vidas contadas'), Nicole Holofcener (‘A dos metros bajo tierra’, ‘Sexo en Nueva York’, ‘Amigos con dinero’) son ejemplos vivos de ello.
Otra manera, en apariencia más sencilla, es la de valerse de la influencia que te facilita una cierta posición previamente adquirida dentro del mundillo. Una vez que estás dentro todo es más fácil. Los hombres lo llevan haciendo largo tiempo. Clint Eastwood pasó de actor de renombre a afamado director de manera sutil, casi sin darnos cuenta. Después, George Clooney, Mel Gibson, Kevin Costner o Ed Harris, entre otros, siguieron la senda abierta. De dicha facilidad bien han aprendido actrices como Helen Hunt, que estrena película esta semana: 'Cuando ella me encontró', la propia Sofia Coppola (que dio lugar a una de las interpretaciones más recordadas de 'El padrino III', aunque no por su calidad precisamente) o la eternamente joven Natalie Portman que presentó fuera de concurso su primer cortometraje en el pasado Festival de Venecia: 'Eve', con Lauren Bacall y Ben Gazzara como protagonistas. Compañera de Amidala en 'Las hermanas Bolena', la neumática Scarlett Johansson, no contenta con sacar el año pasado un disco de versiones de Tom Waits, también ha hecho últimamente sus pinitos tras las cámaras en la coral 'New York, I love you'. Cualquier cosa.
A éstas les seguirán muchas otras. Tendrán la oportunidad de demostrar si deben o no quedarse. Sabrán si la misma rueda que las alzó las lanzará a los abismos, como anunciara Boecio.
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.