Bruselas.- El nuevo Gobierno belga tendrá como objetivo prioritario restaurar la confianza de los ciudadanos en la recuperación económica y en las instituciones nacionales tras las crisis financiera y política, afirmó hoy el primer ministro, Herman Van Rompuy.
El nuevo jefe del Ejecutivo presentó ante el Parlamento el programa del Gobierno formado ayer tras la dimisión del Ejecutivo de Yves Leterme por el supuesto intento de influir en la sentencia de un tribunal de apelaciones sobre la privatización del banco Fortis.
Van Rompuy centró su discurso en la necesidad de mantener la "confianza" ante la "inseguridad" generada por la crisis financiera y económica, la más importante desde los años 30 del siglo pasado, y por la complicada situación política a nivel nacional.
El año 2008 ha estado "marcado por la incertidumbre debido a las crisis políticas y financiera", subrayó.
En el plano económico, recalcó que hay que reforzar la Seguridad Social como "baluarte" de los ciudadanos ante las consecuencias de la crisis y hace falta un plan a largo plazo para eliminar el déficit público estructural.
Además, reconoció que la confianza se refiere también a las instituciones nacionales, y es especialmente "necesaria" en el funcionamiento de la justicia.
En este sentido, reiteró el compromiso de poner en marcha una comisión parlamentaria que investigue "la separación de poderes y los problemas que se han presentado recientemente en esta cuestión".
"Esta investigación debe desarrollarse de forma serena e imparcial", recalcó el primer ministro, del mismo partido que el dimitido Leterme (el democristiano flamenco CD&V).
Van Rompuy insistió también en el diálogo entre las comunidades flamenca y francófona para intentar solucionar las disputas sobre la reforma del Estado.
En este sentido, apostó por relanzar el diálogo sin imposiciones de la mayoría flamenca, a fin de que obtener resultados antes de las elecciones regionales, previstas para junio próximo.
Las disputas comunitarias se centran en dos asuntos clave: en primer lugar la insistencia de Flandes, la región más rica del país, en lograr más competencias económicas, por lo que la francófona Valonia teme perderla solidaridad de sus vecinos del norte.
Además, hay un claro enfrentamiento sobre la separación del distrito electoral Bruselas-Halle-Vilvoorde, que permite que los francófonos que viven en la zona flamenca que rodea a la capital puedan votar por partidos de habla francesa.
En este punto, el primer ministro mantuvo el objetivo del anterior Gobierno de que un grupo de expertos proponga ideas que puedan ponerse en marcha ya desde el próximo verano.
Las dos cámaras del Parlamento debatirán el programa el próximo viernes, día 2, cuando se espera el voto de confianza, que no ofrece dudas debido a la amplia mayoría que tiene la coalición de cinco partidos que integra el Gobierno.
Antes de la intervención de Van Rompuy, la Cámara de Diputados eligió a su nuevo presidente, el ex ministro del Interior Patrick Dewael, que ocupará el cargo que ejercía el ahora primer ministro.
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